Transición energética y diversificación de exportaciones

Opinión Por

La diversificación de exportaciones en el caso de Colombia se asume como el peso de reducir las exportaciones petroleras, aunque la intuición indique que la transición energética y la diversificación de exportaciones son sinónimos realmente son dos cosas intrínsicamente diferentes.

El problema de la dependencia de Colombia a las exportaciones minero-energéticas (Petróleo, sus derivados y el carbón), es un problema independiente del cambio climático, ya que durante los siglos XIX y XX, Colombia padeció el mal de la mono exportación, eso era antes del cambio climático, en esa época el producto exportable era el Café (1890-1990) o el tabaco (1860-1890) o el oro (desde la colonia -1850). Durante toda nuestra historia este ha sido una debilidad de la economía nacional.

Si el petróleo o el carbón al quemarse no produjeran emisiones de gases de efecto invernadero, igual seguiríamos teniendo el problema de la excesiva dependencia a estos productos como fuentes de divisas. En otras palabras, el problema de vender una sola cosa al mundo es que los ingresos nacionales (y el crecimiento económico), la inflación, el costo de la deuda externa entre otras variables económicas, se indexan parcialmente al precio y/o producción del mismo.

Cuando el precio del petróleo es alto, Colombia crece, importar bienes es barato, la inflación es baja y el costo de la deuda externa es racional, porque la economía tiene divisas en abundancia, si el sector esta en crecimiento entonces la economía crece y el desempleo se reduce. Pero cuando el precio del petróleo baja, las divisas son escasas, entonces nuestra moneda se devalúa y hay inflación, el costo de la deuda externa aumenta y si el sector petrolero está en crisis, hay crisis y el desempleo aumenta.

Pero esta realidad era igual cuando exportábamos café, al punto que se solía decir “si es bueno para los caficultores es bueno para Colombia”, si el precio del café era alto la economía crecía, el desempleo se reducía y la inflación se controlaba, pero si el precio del café se desplomaba era el pandemonio en la tierra, el mismo problema diferente producto. Siendo justos con la historia económica de Colombia hemos mejorado porque ahora no es solo un producto, son 4: Petróleo, Carbón, Café y Ferroníquel estos 4 productos representaron el 55% de las exportaciones totales de Colombia en el 2021, es importante denotar que el petróleo representa el 33%, el carbón el 14% del total de las exportaciones del año pasado.

Este problema se aborda con una política de diversificación de la economía, política que debe estar liderada por el Ministerio de Industria y Comercio en conjunto con el Ministerio de
Agricultura.

Por otro lado, está la transición energética; la transición energética como concepto es la necesidad que los países tienen de cambiar las fuentes de energía que usan para mover sus economías, es decir, pasar de usar energía fósil que genera emisiones de gases de efecto invernadero a fuentes de energía limpia (que no emitan dichos gases). Es decir, como país en este punto lo que nos interesa es la forma con la que se produce la electricidad para alumbrar las ciudades, la energía que se utiliza en las fabricas y como se alimentan los diferentes medios de transporte. Note que aquí el objetivo no tiene nada que ver con la fragilidad macroeconómica del país derivada de lo que exportemos, es más, podemos ser una economía sin uso de energía fósil, podemos cumplir la meta al 2050 de ser carbono neutrales y aun así seguir teniendo el problema macroeconómico de la dependencia a un solo producto.

Imaginemos el escenario donde mañana desarrollamos una tecnología donde se puede producir petróleo sin generar emisiones de gases efecto invernadero, todos nuestros carros son eléctricos y producimos electricidad solo de hidroeléctricas y fuentes eólicas o solares. Note que podríamos seguir exportando petróleo al mundo sin que tengamos que consumirlo, siempre y cuando alguien quiera comprarlo y como país no estaríamos emitiendo CO2.

El problema es que el resto del mundo quiere lo mismo que nosotros, es decir, dejar de quemar petróleo porque en este proceso se emiten gases de efecto invernadero, por ende, no importa si lo producimos de una forma limpia o no. Si no hay quien nos quiera comprar, simplemente no lo podemos vender; esto es algo que no pasará antes del 2050 pero es un escenario muy real, y es ahí donde las dos acciones se relacionan, no porque sean lo mismo sino por su interacción entre sí por medio de las fuerzas del mercado.

Es decir, reducir la producción de petróleo o carbón no garantiza que la transición energética sea exitosa, pues eso depende de cómo logramos la transición de máquinas que usan energía fósil a energía eléctrica, depende de cómo producimos la energía eléctrica. No de lo que exportamos. Pero esto no quiere decir que no debamos solucionar el problema de la dependencia de nuestras exportaciones al petróleo, todo lo contrario, es un imperativo diversificar.

Si no diversificamos nuestras exportaciones, antes de que el mundo termine su transición energética (no nosotros), tendremos el problema que nadie querrá comprar lo que vendemos, poniéndonos en una situación económica muy compleja.

En este punto entra el curioso trabajo del Ministerio de Minas y Energía que tiene que liderar la transición energética buscando que la energía eléctrica sea barata y desincentivando el uso de combustibles fósiles, al mismo tiempo que garantiza los ingresos de las exportaciones el mayor tiempo posible, y así financiar nuestra transición, dándole tiempo a las demás carteras de hacer su trabajo y diversificar la economía.

Todo un reto que el Gobierno Petro quiere asumir tomando el toro por los cachos, en lugar de ocultar la cabeza como avestruz, como sí lo hizo su antecesor.

Economista y Magíster en Economía de la Universidad Externado de Colombia. Fue docente de la Universidad Externado, Ex-analista de deuda del Ministerio de Hacienda. Asesor y consultor en modelación macroeconómica.