CORDURA ES LO MÍNIMO

Opinión Por

No se por donde empezar, pero es tal la avalancha de sandeces que se escuchan y que provienen de todos los puntos cardinales del hemisferio que me ponen a pensar si la cordura se extravió como consecuencia de la pandemia.

Bueno, sin ir tan lejos busquémosla en America. Pienso que si se perdió y es entendible, el ser humano está acechado por la muerte que viene en primera clase en el tren de la pandemia y el miedo a aceptarla lo pone a realizar actos de contrición y arrepentimiento, a orar invocando a sus dioses, a prometer cambios en su desempeño moral y ético, a reconciliarse con sus enemigos, a ser solidario y menos vergajo, a ser mejor persona, todo como la canción del cambalache a cambio de la salud y la vida, comprensible. Esa es la esencia del ser humano así después no cumpla; pero que con ocasión de esta calamidad pública devastadora surjan posiciones que rayan en la imbecibilidad y actitudes absurdas que provienen de sus gobernantes si que da grima y más cuando estos disparates provienen del presidente del país más poderoso del mundo y de quienes dirigen nuestra nación.

Que un charlatán populista, pendenciero, irrespete a la ciencia y por consiguiente le de a su pueblo el tratamiento de ignorante, es incomprensible. Y lo expreso así porque en la oficina oval de La Casa Blanca en Washington, aconsejó a sus habitantes inyectarse desinfectantes y exponer sus cuerpos a rayos ultravioletas para eliminar el Coronavirus. Que fatalidad; y pensar que cientos de estadounidenses siguieron sus instrucciones. Aquí no es la excepción y aunque no en las mismas proporciones, también con connotaciones perversas. Me refiero a las dentelladas que la corrupción le propinó a las ayudas humanitarias representadas en mercados para los más pobres condenando a los niños al hambre, desnutrición y muerte.

Pero eso no es todo, los colombianos perplejos y confundidos observamos actitudes desafortunadas; un pugilato entre sus gobernantes frente a las medidas adoptadas en esta emergencia. Por un lado el Presidente de la República, que valga decirlo se ha puesto al frente de la crisis de salud y ha tomado medidas que parece le están dando buenos resultados, y por el otro la alcaldesa de Bogotá, diligente funcionaría, fuente inagotable de controversias por su estilo para gobernar, quienes se han enfrascado en debates no tanto de contenidos sino de efectivismo político sobre quién manda a quien y cuál es más protagónico para luego cobrar réditos políticos.

Estas rivalidades causan desazón y confusión en la comunidad y nos empuja al mundo macondiano donde lo irreal y la fantasía vuelan.

¿Seguimos siendo republiquetas bananeras? Pareciese que si, y para la muestra un botón, la Fiscalía General de la Nación abrió indagación penal contra la alcaldesa por ir acompañada con su pareja a un supermercado a hacer compras supuestamente violando normas penales. Habrase visto algo parecido; sorprende la velocidad del organismo fiscalizador y no quiero poner a funcionar mi malicia indígena Guane- Chitarera para pensar que el ente acusador estaba haciendo un mandado.

Cordura e inmensa responsabilidad es lo mínimo que se exige. Aquí la política partidista no tiene espacio y mucho menos las vanidades y el pendenciero ego, lo que está en juego es la vida de millares de compatriotas.

Doctor en Derecho y Ciencias Políticas, fue Alcalde de Bucaramanga en el periodo 1995-1997, Gerente de las Empresas Públicas de Bucaramanga, Secretario de Vivienda y del Interior de la Gobernación de Santander.