Balance: Dos años del gobierno Duque

Opinión Por

Al llegar a la mitad del Gobierno Duque es pertinente hacer algunas reflexiones acerca de su gestión, con el componente de subjetividad que este tipo de ejercicios conlleva.

Hay que destacar en primer lugar, el talante conciliador del Presidente; desafortunadamente no se puede decir lo mismos de todos los sectores de su partido político, pero sí se resalta que el Presidente no se haya matriculado con los sectores más recalcitrantes, porque no puede olvidar que es el Presidente de todos los colombianos.

Debemos resaltar la importante participación de la mujer en la conformación de su gabinete –paritario-, pero igualmente hay que mencionar la incapacidad o indecisión de conformar una adecuada gobernabilidad con la participación de todos los partidos políticos que apoyaron su elección –Partido Liberal, Cambio Radical, Partido de la U-, pero que luego no fueron llamados a participar en el Gobierno, esto lo dejo sin mayorías en el Congreso y dificultó el trámite de su agenda legislativa –centrada en la reforma tributaria y en otros proyectos económicos- y debió resignarse a ser derrotado en el tema de las objeciones  a la Ley Estatutaria de la JEP. Sólo en los últimos meses formalmente nombró sendos ministros de Cambio Radical y del Partido de la U. No ha habido reforma a la justicia, muy anunciada por su ministra de Justicia pero no ha pasado de eso, de reforma política-electoral nada de nada y tampoco de la reforma laboral.

En el campo de las relaciones internacionales hubo una nueva subordinación a la política norteamericana, mantener la tradicional clientelización de los cargos consulares y una obsesión con el tema venezolano que llevó a la política exterior a resultados mediocres y a una pérdida de espacios ganados en el pasado.

En relación con el tema de la implementación del Acuerdo de Paz, debemos recordar que un sector de la sociedad, ligeramente mayoritario, ganó el plebiscito, obligando a su re-negociación y esa misma coalición –en la cual había sectores radicales que hablaban de ‘hacer trizas’ los Acuerdos de Paz- fue la base que logró elegir al Presidente Duque. Afortunadamente el Presidente adoptó una posición más moderada y colocó al frente de la implementación al Consejero de Estabilización, un funcionario que ha tratado de avanzar en esa dirección, apoyando la reincorporación de excombatientes, y continuando con el programa iniciado por el gobierno anterior de ‘obras por impuestos’ en los municipios PEDET –al respecto hay que decir que en el anterior gobierno sólo se firmaron dos Planes PEDET y en el actual gobierno se firmaron los catorce restantes-. Igual se debe destacar el inicio del Piloto del Catastro Multipropósito con un crédito del BID. El gran lunar, ha sido la gran cantidad de excombatientes asesinados e igualmente de lideresas y líderes sociales. Los grandes pendientes están en el punto agrario y en el de participación política –en el limbo están las dieciséis curules para las víctimas de los territorios más golpeados por el conflicto y la reforma político-electoral-.

Todo indica que la pandemia de la Covid-19 le permitió al Presidente Duque no sólo encontrar un norte de su acción –esa era una de las críticas más fuertes, que era un gobierno que no parecía tener norte- y poner en práctica un manejo adecuado –no exentas de tensiones con los gobiernos locales-, lo cual se ha visto reflejado en un apoyo de la opinión –en la última encuesta del Centro Nacional de Consultoría, refleja un 61% de opinión favorable-. El gran desafío para los próximos dos años será la recuperación de la economía y del empleo pos-pandemia, de eso dependerá el balance final de su gobierno.

Doctor en Ciencias Políticas, de la Universite Catholique De Louvain, y Magister en Política Social de la Universidad Externado de Colombia. Es autor de múltiples investigaciones y actualmente Profesor asociado de la Universidad Nacional.