La productividad en las regiones depende en gran medida del sector agropecuario. Éste, ha sido y es la base de las economías de la mayoría de los departamentos, junto con otros sectores comerciales y productivos.
Por fortuna, en medio de la pandemia, los municipios pudieron producir y se pudo llegar a los mercados, aunque hubo una baja de consumo con respecto a la producción por la dificultad de la comercialización y el transporte, los precios se mantuvieron estables, lo que facilitó la oportunidad para el productor y el comercializador de llegar a los hogares colombianos de una u otra manera.
Y, aunque no se pueden dejar de revisar los déficits que existen en los sectores de salud y educación, las oportunidades de favorecer al sector agropecuario y productivo del país cumplen también un papel fundamental. Pues, cuando se habla de las regiones es inevitable hablar de los escenarios productivos que cada una ofrece con sus diferentes cultivos y oportunidades climáticas que se deben aprovechar, fortalecer y trabajar.
Sin embargo, para poder contribuir a la productividad de los diferentes territorios, es necesario construir una política dedicada a estos, como la creación de subsidios para el productor, que le permitan no sólo el acceso al crédito, sino también que representen un aporte o una baja al costo de los agroinsumos que son importantes y esenciales, y que afectan a todos por igual.
Así mismo, se debe buscar que los precios de las cosechas favorezcan mucho más al productor primario (campesino), quien es el que pone la mano de obra, ya que esto sería un incentivo para involucrar a los jóvenes en este sector productivo, debido a que ellos no están interesados en producir, sino todo lo contrario, salen a las grandes ciudades, como sinónimo de progreso y/o a buscar otro tipo de oportunidades, cuando finalmente el sector agropecuario es una oportunidad empresarial importante: un diamante en bruto.
No se trata sólo de producir y vender un fruto, sino que, a partir de ese fruto, un joven tenga una oportunidad agroindustrial con unos ingresos significativos y no sólo para cubrir las necesidades básicas. También que una madre cabeza de familia pueda montar un proceso de posadas turísticas en su finca que con tanto amor ha convertido un lugar cálido y rentable que vale la pena visitar. Y, a partir de ello, se fortalezcan unos escenarios de comercialización y visibilización en el ámbito internacional.
De esta forma, se puede ver cómo a partir del sector agropecuario fortalece toda una cadena de valor para entender y mejorar las nuevas realidades del mercado actual.
¿Qué se puede hacer desde la gobernación de cada región?
Gobernar no es simplemente tomar decisiones, sino construir una verdadera política. No se logra nada con ganar las elecciones si el que llega al mando no tiene proyectadas las regiones desde cada una de sus fortalezas y debilidades. Es una responsabilidad que se debe asumir con una visión completa e integral de cada territorio para tener claro a dónde se llevará a cada municipio.
No hay duda de que los departamentos también son responsabilidad del Gobierno Nacional y que es este quien debe favorecer a cada sector de las regiones: por ejemplo, tener aportes por parte de él para generar iniciativas de inversión por parte del sector privado; sin embargo, es responsabilidad y obligación de cada gobernador hacer seguimiento a las necesidades de su región y exigir respuestas, apoyo y respaldo.