Juliano es una persona que vive del noble oficio de reciclar basura, él recibió un poco de capacitación en la actividad de separar basuras, él mantiene a su familia con esa labor, no cuenta con seguridad social, vive en la pobreza y trabaja al sol y al agua, halando una carreta por toda la localidad donde reside. Él conoce al detalle los días y horarios de recolección de basuras de su ciudad, procura llegar a esos sitios antes de que arribe el carro con el personal que recoge la basura para llevarla al botadero designado.
Aunque algunos habitantes de la población hacen separación de residuos en sus casas, normalmente en bolsas plásticas, Juliano rompe una gran cantidad de esas bolsas, elige para si los residuos que él podrá vender en un depósito de la ciudad, generalmente cartón y papel, dejando el resto de basuras esparcido cerca del sitio designado para la recolección. Si el carro recolector demora un rato los perros del sector harán una búsqueda de desperdicios con su consiguiente reguero.
Cuando el carro designado recoge la basura esta es llevada a un basurero con el rimbombante nombre de “Relleno Sanitario”, sitio que de “sanitario” solo tiene el nombre, normalmente es hospedero de roedores, reproductor de moscas y variedad insectos, productor de lixiviados, enfermedades y olores nauseabundos. En ocasiones se presentan familias completas, con niños incluidos, que prácticamente viven dentro de esas montañas de basura.
El sitio designado para “Relleno Sanitario” normalmente es adquirido con recursos públicos y es entregado para su operación a un particular, obviamente con el apoyo del político y mandatario de turno local, personas a las que regularmente se les asigna un estipendio para gastos generales, dineros que normalmente terminan en lujos, prostíbulos y francachelas.
Todo lo que debe hacer el concesionario u operario del basurero es instalar una báscula a la entrada del mismo para cobrar la tarifa establecida por tonelada de basura recibida, para ello, además del operario de báscula, contrata uno o varios operarios de maquinaria, dependiendo del tamaño del basurero, para manejar el buldócer con el que se cubrirán de tierra las basuras, empacadas en bolsas plásticas por los ciudadanos del sector, allí no se hace ninguna actividad de separación. Fuera de estos operarios se tiene una oficina de facturación por lo que esta operación genera pocos empleos, sí muchos problemas ambientales y mucho disgusto en la comunidad. Al basurero llega la basura que fue rechazada por Juliano y los perros en los diferentes sitios de la ciudad
Ya existen en muchos países Centros de Reciclaje donde la basura se han convertido en Residuos Sólidos Aprovechables. Allá se contratarían a los Julianos de la ciudad, se inscribirían en la seguridad social y se les proporcionaría un sitio adecuado de trabajo bajo techo.
Al parecer la normatividad actual no permite realizar separación de basura en los basureros o “Rellenos Sanitarios”, norma que va en contravía de la utilización de nuevas tecnologías para la separación de residuos sólidos.
Para reciclar residuos sólidos se utilizan unas bodegas con bandas transportadoras donde, apoyados con instrumentos diseñados para esa labor, se acomodan a lado y lado las personas que harán la separación de residuos, papel, plástico, vidrio, metales, biodegradables y de esta forma se van separando los residuos que llegan al sitio.
Con la instalación de estos Centros de Reciclaje se estarían constituyendo varios tipos de negocios que apoyarían la generación de empleo formal y la creación de emprendimientos rentables, resultando en oportunidad de aumentar la riqueza en la región.
Por ejemplo, datos estadísticos indican el ser humano recicla menos del 10% del plástico que se consume, mientras que con el Centro de Reciclaje esos desechos plásticos se utilizarían para hacer productos derivados de este material contaminante, con lo que evitaríamos verlo flotar en nuestros ríos y mares. (Mirar en internet isla basura)
Con los desechos degradables se produce abono orgánico que puede ser comercializado con los agricultores el sector, para esto se utilizan bacterias ya experimentadas y asequibles en el comercio local.
El vidrio también se utilizaría para convertirlo en cerámica y otras aplicaciones.
Para el papel ya existe un buen mercado en prácticamente todas las localidades del país.
Para los desechos especiales, estupefacientes y hospitalarios, se debe instalar un horno crematorio especializado. Actualmente no todas las ciudades del país cuentan con este sistema de incineración y los usuarios incurren en altos costos de transporte.
Estos Centros de Reciclaje son generadoras de empleos formales y riqueza para la región donde se instalan, para una ciudad mediana, que produzca alrededor de 1.000 toneladas de basura al día, convertibles en Residuos Sólidos Aprovechables, se generarían unos 800 empleos formales. Para ciudades grandes el beneficio es mucho mayor.
Como vemos hay solución a la disyuntiva de utilizar los mal llamados “Rellenos Sanitarios” que las poblaciones no quieren tenerlos cerca de sus residencias, solo se necesita voluntad política, mandar la corrupción de la “basura” a la basura y utilizar los recursos disponibles en inversiones productivas.