Ante la pregunta ¿cómo vamos a elegir a nuestro candidato presidencial por el Partido Liberal?, se presenta actualmente un debate interno, ésto debido a la dicotomía entre realizar una consulta abierta o no hacerlo. En relación con ello, encontramos siete posturas diferentes, divididas entre los liberales que consideran que el Partido debe convocar a una consulta por ser su tradición y entre los que creen que el Partido no debe hacerlo porque las últimas experiencias no han sido las mejores.
Liberales por la Consulta
Están los que abogan por la consulta y argumentan que es tradición del Partido acudir a este mecanismo con su militancia y escuchar a la democracia interna, ya que los procesos de selección de candidatos vía consulta, a principio de la década de los noventa, fueron exitosos. Afirman que dicha consulta hace parte de la esencia de nuestra norma estatutaria, que es la mejor forma de promocionar nuestros nuevos liderazgos y garantizar el relevo generacional al interior del Partido. Insisten en que alrededor de la consulta se puede presentar un trabajo colectivo y la dispersión de esfuerzos en todo el país para enriquecer el debate interno, que el espíritu liberal es un espíritu democrático, y que debemos darle la posibilidad a nuestra militancia y a los simpatizantes del liberalismo en general, de escoger a su candidato.
Entre quienes defienden este mecanismo se presentan tres posturas:
• Quienes expresan que debemos ir a una consulta en marzo para escoger a un candidato Liberal que se presente a las elecciones de mayo del 2018.
• Están también quienes creen que debemos hacer, también en marzo, una consulta interpartidista entre los afines a una visión de país, de la sociedad, del proceso de paz, y de esta nueva etapa que inicia Colombia, a la cual deben presentarse cada uno de los partidos que tengan la voluntad de hacerlo con cuantos candidatos quieran. ¿Esto qué quiere decir? que por ejemplo, los Partidos Liberal, de la U, ASI y Cambio Radical se podrían presentar con uno, con cinco o con diez candidatos, dejando a la decisión autónoma de cada partido, con cuántos aspirantes se presenten a dicha consulta interpartidista.
• Y quienes creen que el Partido debe hacer una consulta antes de marzo entre los precandidatos Liberales y elegir un candidato que vaya a la interpartidista y eventualmente a las elecciones de mayo. ¿Qué significa esto? que nos presentaríamos a la interpartidista con un solo candidato, no con cinco o diez.
Liberales Digitales
También me he encontrado con un grupo de jóvenes Liberales que promueve que este mecanismo se haga por los canales digitales, es decir, que se utilicen las herramientas y plataformas existentes para que sean los militantes del Partido quienes decidan, alrededor de los actuales precandidatos, quién debería llegar como candidato único a las elecciones presidenciales.
Liberales anticonsulta
También identificamos a un grupo de Liberales que no están de acuerdo con realizar una consulta abierta y manifiestan que la realización de ésta podría conllevar riesgos e inconvenientes al afirmar que este tipo de mecanismo es propenso a la contaminación, es decir, que como no hay censo de partidos en Colombia, los otros movimientos pueden distorsionar la voluntad Liberal y escoger el candidato que más se ajuste a sus intereses y no el que más convenga al Liberalismo. Igualmente, expresan temores en relación con la consulta, ante la pugnacidad interna y las heridas que ésta genera entre los candidatos de la misma colectividad y sus simpatizantes, las cuales muchas veces no son posibles de sanar antes de las contiendas electorales. Consideran, además, que escoger un candidato o una candidata con suficiente antelación, nos permitiría llegarle mucho más a la gente para que nuestros planteamientos sean escuchados por un mayor número de ciudadanos. Advierten, también, que de esta manera podremos usar nuestros recursos políticos enfocados en un solo objetivo y construir una sinergia sin que nuestros esfuerzos se dispersen.
Estos militantes consideran que una verdadera Consulta Liberal se hace cuando se eligen los delegados al Congreso del Partido y que es en este escenario en donde se debe definir el nombre del candidato o candidata. Entre ellos hay dos posturas:
• Definir una candidatura para competir directamente en las elecciones presidenciales de mayo.
• Definir una candidatura para que haga parte de la consulta interpartidista.
Poderes a la Dirección
• Un séptimo sector Liberal defiende que en el Congreso del Partido se nombre una Dirección a la cual se le entreguen las facultades para que realice los acuerdos políticos a los que haya lugar, y se deposite en ella la sabiduría para la determinación de la candidatura presidencial. Anotamos al respecto, que esta proposición no está contemplada en los actuales estatutos del Partido.
Estas son las siete posturas que me he encontrado en el camino hacia la elección de nuestro candidato presidencial, todas ellas se fundamentan en argumentos objetivos y válidos a favor y en contra de la consulta abierta, lo importante es contarle a nuestra militancia de este debate que se está viviendo en la dirigencia del Partido y cuáles son las visiones sobre la forma como debemos tomar las decisiones para nuestra aspiración presidencial. En todo caso y en cualquiera de los escenarios la decisión final le corresponde a los más de 1.500 delegados al Congreso Nacional Liberal próximo a reunirse.
Conforme al debate interno que vivimos, estoy seguro que tomaremos la mejor decisión, que la sabiduría política se impondrá y que todas estas diferencias de pensamiento y de enfoque, lograrán superarse con el agua bendita de la democracia.