El liberalismo realizará el próximo 19 de noviembre una consulta popular, a través de la cual elegirá a su candidato único a la Presidencia de la República. A partir de ahí comienza el mayor de los retos, realizar acercamientos con otras colectividades con miras a consolidar una coalición entre las fuerzas progresistas de nuestro país como el Partido Verde en cabeza de la Senadora Claudia López, el Polo Democrático en cabeza del Senador Jorge Enrique Robledo y el ex Gobernador Sergio Fajardo, para garantizar así que un candidato o candidata de pensamiento “liberal” pase a segunda vuelta y defina la jefatura del Estado, probablemente, con el candidato del “uribismo”.
Esta coalición de centro izquierda, que es la única opción de triunfo para quienes creemos en la paz, pues ninguno de estos partidos por si solos tiene la fuerza político-electoral para triunfar en las elecciones, debe constituirse a mi parecer, alrededor de dos pilares fundamentales. El primero: un acuerdo instrumental que defina el mecanismo democrático de elección del candidato único de dicha alianza, denominada por la Senadora Claudia López como Coalición Colombia, que podría ser una consulta interpartidista que se realice el mismo día de las elecciones al Congreso el 11 de marzo de 2018, lo que permitiría al triunfador posicionarse muy bien de cara la elección presidencial, pues seguramente, sería electo con un enorme caudal de votos. El segundo (y más importante): un acuerdo programático que defina la línea de acción política de la coalición, que podría, entre otros, incluir los siguientes seis elementos:
-estos elementos los planteo a partir de las coincidencias entre 1) el programa político del Partido Verde 2) el ideario de unidad del Polo Democrático y 3) la declaración ideológica del Partido Liberal-
- El compromiso del gobierno de priorizar el gasto público social en áreas como educación, salud, servicios públicos domiciliarios, cultura, ciencia y tecnología, como un elemento necesario para promover la igualdad de oportunidades entre todos los ciudadanos.
- El compromiso del gobierno de luchar contra el flagelo de la corrupción, para garantizar el buen uso de los recursos públicos y recomponer la confianza ciudadana en el Estado.
- El compromiso del gobierno de impulsar la construcción de la paz territorial, a través de una mayor presencia institucional en el territorio y un plan de inversiones que tenga por objetivo cerrar las brechas entre la Colombia urbana y la rural (por ejemplo mediante el apoyo a los campesinos para el acceso a tierra, modernización de las actividades agropecuarias, construcción de infraestructura vial y acceso a los mercados –tomado del programa político del Partido Verde, publicado en su página web-).
- El compromiso del gobierno de replantear el modelo económico en donde se privilegie el trabajo y no la especulación, “fortaleciendo un régimen de economía mixta, que respete la sostenibilidad ambiental, y este dirigido a eliminar las desigualdades sociales” -tomado del programa político del Polo Democrático, publicado en su página web-. Un modelo que reivindiqué “el papel del Estado en el impulso y regulación de la economía, reconociendo que el mercado cumple un rol relevante en los procesos de generación de empleo y riqueza para la nación” – tomado de la declaración ideológica del Partido Liberal consignada en sus estatutos-.
- El compromiso del gobierno de impulsar las reformas necesarias para profundizar la descentralización política, administrativa y fiscal, que fortalezca la autonomía regional y local, como un elemento necesario para consolidar el Estado a nivel territorial.
- El compromiso del gobierno de garantizar, desde un Estado laico, el respeto y goce efectivo de los derechos de las minorías étnicas, religiosas, y sexuales, como un elemento necesario para hacer efectiva la igualdad de todos los ciudadanos frente a la ley.
Esta coalición no solo debe constituirse para vencer al uribismo y a Vargas lleras, que representan la política pre moderna, que desean mantener a Colombia como un Estado semi feudal en lo económico y lo político, que no quieren debatir los verdaderos problemas de este país como son los que le interesan al ciudadano de a pie como la salud, educación, la generación de empleo, sino que quieren mantener vigente la agenda del conflicto porque eso les da votos. Mucho más importante que derrotar al “del coscorrón” y al “que ponga Uribe” es que los socialdemócratas de Colombia constituyan un plan de gobierno que transforme positivamente a nuestro país, que lo modernice, y permita a esta nación dar el paso al siglo 21. Por eso yo, desde ya, le doy mi voto a esa gran coalición por Colombia entre liberales, verdes, polistas y fajardo.