Al hacer un análisis sobre la intención de voto y las campañas de los candidatos al Congreso de la República, veo con preocupación que los jóvenes se están quedando por fuera de estos escenarios de participación ciudadana. A pesar de que este sector de la población necesita tener representación de sus intereses en la legislación colombiana, con o sin los votos de los jóvenes, cada 4 años este país seguirá eligiendo a sus Congresistas.
No es un tema menor, pues no hay muchos políticos que se esfuercen por atraer el voto joven, ni tampoco se evidencia el interés de la juventud por informarse y ejercer su derecho a elegir y ser elegido. Esto explica porqué no hay más de un puñado de candidaturas a Senado y Cámara que se esfuerza por encontrar espacios en la política colombiana tratando de incidir en la toma de decisiones públicas.
Es paradójico, pero hay consenso en que a medida que aumenta la población joven con posibilidad de votar, aumenta también la abstención. A pesar de que se calcula que en Colombia hay 13 millones de jóvenes entre los 18 y 25 años, que representan por lo menos el 20% de la población nacional, estos son los menos propensos a votar.
Por eso el llamado a los jóvenes es a participar en la toma de decisiones públicas. La política puede ser vista por los jóvenes como un acto de rebeldía en un país donde donde se sabe que menos de la mitad de la población vota. Si bien las organizaciones juveniles se han fortalecido en los últimos años, aún es incipiente su incidencia en los escenarios políticos.
Grata sorpresa le daríamos al país con resultados de elecciones donde los jóvenes sumen mucho más de los 7.7 millones de votos que sacó el Presidente Juan Manuel Santos en el 2014. Desde el Congreso de la República estamos llamados a reformular la política pública de juventud para adaptarse a las necesidades de educación superior, fortalecimiento de las universidades públicas, cierre de brechas sociales que limitan la inclusión social, y generación de oportunidades para la inclusión productiva de los jóvenes en la sociedad.
En mi opinión, el énfasis debe ponerse en el fortalecimiento de la Universidad Distrital y la implementación de una oferta de carreras en jornada nocturna que permitan aumentar el número de cupos y fortalecer financieramente sus capacidades. De igual forma, realizar una reforma constitucional que permita a los menores de 25 años ocupar una curul en la Cámara de Representantes y a menores de 30 en el Senado de la República. Este 11 de marzo estamos llamados a elegir por quien represente los intereses de la juventud.