Hay un evidente interés de los jóvenes por participar en la política, ser parte de las acciones electorales, intervenir en las discusiones ideológicas y ejercer el derecho al voto. La democracia se fortalece y se renueva con el ingreso de estos actores sociales.
La mayoría de nuevos ciudadanos están bien informados y por ello propician debates inteligentes, que obligan a los candidatos a estar mejor preparados, a cambiar de estrategias, a adoptar lenguajes incluyentes y a impulsar en sus discursos los temas de la modernidad.
El tradicional discurso pasional, le ha dado paso a la exposición de tesis novedosas en torno a la solución de problemas críticos relacionados con el medio ambiente, el cierre de brechas sociales, el mejoramiento del ingreso, el acceso a la tecnología, la adopción de nuevas energías, la defensa de los animales como seres sintientes, el consumo responsable, la autonomía administrativa, la equidad de género, el respeto por las minorías étnicas y sexuales, la sostenibilidad de las ciudades, la movilidad urbana, la internacionalización de la economía, la equidad distributiva de la riqueza y el respeto de los derechos humanos, entre muchos otros temas.
Los hombres y mujeres mayores, que ya han tenido la experiencia de participar en más jornadas electorales, vienen aprendiendo con eficacia que las elecciones son fundamentales para propiciar cambios en la sociedad, y muy especialmente, en la renovación de la política, no sólo con la irrupción de nuevas caras, sino en la introducción de compromisos que permitan reconfigurar la situación social y económica.
Los candidatos a las elecciones tenemos que estar muy preparados y mejor sintonizados con las urgencias sociales y poblacionales. Por fortuna, en el actual proceso electoral que vive el país, se evidencia el mejoramiento de la calidad de las propuestas, aunque, infortunadamente, subsiste el interés de algunos sectores por envilecer la política, a través de prácticas denigrantes como la compra de votos y la propagación de noticias falsas.
Dicen los expertos, que muy seguramente se depositarán este domingo 11 de marzo, alrededor de 14 millones de votos, lo que representará una abstención superior al 60%. Lo deseable, es que la abstención sea baja y la participación electoral supere el 55%. Depende de los ciudadanos, derrotar la indiferencia y escoger las mejores opciones, para modernizar la política y crear una verdadera revolución de ideas y compromisos.
Hay muchas y muy buenas opciones para el Congreso. Hay que votar por ellas. Así se logrará consolidar una democracia vibrante e incluyente, que es lo que esperan y se merecen las actuales y futuras generaciones de colombianos.