La eliminación de los tres ceros y el mito del desastre

Opinión Por

El debate de la eliminación de los tres ceros del peso colombiano que se reabrió en las últimas semanas por la propuesta del Fiscal General Néstor Humberto Martínez, no es una propuesta nueva, pues no es la primera vez que Colombia elimina ceros de su moneda, es más, esta sería la segunda vez que eliminaríamos ceros del peso desde la independencia.

La primera vez que eliminamos ceros de la moneda fue en 1903 proceso que consistió en pasar de 100 pesos a 1 peso oro, por el presidente José Manuel Marroquín Ricaurte, como dato curioso fue presidente de cuna conservadora.

Lo que diferencia este debate de los anteriores es que hoy en día un grupo político reconocido por usar palabras inexistentes, carentes de todo significado, está argumentando como táctica de campaña que la eliminación de los 3 ceros es el primer paso para volvernos Venezuela, estrategia que solo demuestra su nivel de desconocimiento sobre el funcionamiento de la economía y el desdén por el bien de la Nación y el futuro de la Patria, al ser capaces de comprometer la estabilidad monetaria del país con tal de obtener el poder.

Es tan ilógico el planteamiento que eliminar los 3 ceros nos va a llevar a Venezuela, que implica desconocer que países como Israel, Alemania (dos veces), Chile, Brasil, México, la mitad de los países de los Balcanes Europeos, entre otra infinidad de naciones lo han realizado.

Todos estos procesos de eliminación de ceros ocurrieron de forma exitosa, sin mayor contratiempo o problemas en su economía, al contrario, se han visto altamente beneficiados de este reajuste contable. Lo importante en el debate es saber porque los países eliminan los ceros de sus monedas.

La mayoría de los países eliminan 3 ceros, aunque hay casos únicos como el alemán, que eliminó 12 ceros de su entonces moneda el franco.

Los países eliminan ceros de sus monedas por tema contable como principal razón, es decir todo país tiene la necesidad de realizar procesos comerciales usando dinero y si un bien cuesta uno o mil no afecta en nada el balance de las empresas, ni los salarios, pero si el proceso contable y de seguimiento de los recursos. Como consecuencia entre más ceros tenga cualquier moneda, más difícil y engorroso es llevar la contabilidad, las operaciones y registro de grandes cifras son más susceptibles a errores.  

Imaginemos que el expresidente colombiano José Marroquín no hubiera eliminado los 2 ceros a comienzo del siglo veinte, hoy un pasaje de transporte urbano en Bogotá no sería de 2.300 pesos sino de 230.000 pesos, no quiere decir el costo fuera mayor porque el salario también seria 100 veces mayor, por ejemplo, el salario mínimo no sería de 781,000 pesos sino no 78,100,000 pesos, en ambos casos el valor es el mismo pero el numero cambia, ese cambio en la proporción nominal dificulta las operaciones comerciales al exigir un mayor cuidado a nivel matemático en cada operación.

Adicionalmente todos los países hacen el proceso de eliminar ceros como un mecanismo de control de la inflación; a medida que hay más ceros, las monedas de más baja denominación van desapareciendo por su poco uso, razón por la cual hoy no existen monedas de 20 o 10 pesos y mucho menos la de 1 peso, esto obliga a  hacer operaciones de aproximación contable mayores, por ejemplo en el 2017 la inflación fue de 4,09% si el pasaje de transporte subiera en la misma proporción implicaría que el valor seria de $2.413 pesos, pero como no hay moneda de 10 pesos o de 20 pesos implicaría subir el precio del pasaje hasta $2.450 pesos, porque la moneda de menor valor es de 50 pesos a hoy, lo que equivale en la práctica a un incremento de 6,5%; en cambio si eliminamos 3 ceros del peso el pasaje de Transmilenio seria de $2,30 pesos y el incremento del transporte fuera de los mismos 4,09% el precio del transporte sería de $2,41 pesos es decir el precio solo creció 4,09% no más. Fenómeno conocido como la inflación por redondeo.

Adicionalmente la eliminación de los ceros no devalúa el peso, si un dólar cuesta $3.000 pesos, al eliminar los ceros la nueva tasa de cambio será de 3 pesos por dólar.

El gran beneficio de eliminar ceros está en la reducción de costos para las empresas que manejan grandes sumas de dinero, mejorar la fiscalización de los recursos, es decir, hacer más eficiente el trabajo de la contraloría o contaduría general de la nación para combatir la corrupción, eliminar la inflación por redondeo y por último como dijo el Fiscal Generar hacer inservible la plata que está en caletas de la guerrilla, narcotraficantes y demás grupos delincuenciales.

El mito del desastre de los tres ceros como todo mito es una idea falsa y mentirosas sobre la realidad, este mito se fundamenta en que nos vamos a convertir en Venezuela si eliminamos los ceros de la moneda, pero también se podría decir que nos convertiremos en Alemania porqué ellos lo hicieron dos veces en el último siglo, o en México que eliminó tres ceros hace un poco más de 20 años, siendo ambas economías prosperas, sólidas y exitosas.

La realidad del desastre de Venezuela radica en su dependencia del petróleo y de tener por más de 30 años gobiernos tan corruptos e ineficientes, que despilfarraron su riqueza hasta llevarlos al nivel de miseria que vemos hoy en día, es más, se podría decir que eliminar los ceros fue la única acción inteligente a nivel económico que el gobierno venezolano hizo, solo que llego demasiado tarde.

El mito del desastre es solo un idea falaz, que desconoce los beneficios que esta acción va a generar  y las ventajas en competitividad que genera manejar cifras más pequeñas, como ayudar a controlar la inflación, ayudar a controlar la corrupción, hacer más eficiente los procesos contables y reducir costos operativos a las empresas y bancos entre otras bondades; hay que salir del mito cavernícola y no dejarnos llevar por el miedo, para poder actuar con base a la razón y lo que más nos convenga como nación.

Economista y Magíster en Economía de la Universidad Externado de Colombia. Fue docente de la Universidad Externado, Ex-analista de deuda del Ministerio de Hacienda. Asesor y consultor en modelación macroeconómica.