Esta reflexión es, si se quiere, repetitiva pero necesaria, pensando en función de los intereses nacionales y aunque un sector de la opinión, ya sea por mala información, prevención, o por creer que los problemas se resuelven solo por la fuerza, la vean como ingenua, quiero reiterarle al Presidente Santos, nuestro Premio Nobel de Paz -así a algunos esto les moleste-, pero también al ELN, que hay necesidad de hacer un esfuerzo de nuevo, instalando formalmente el V Ciclo de Conversaciones, para lograr a la brevedad un nuevo cese bilateral del fuego hasta el fin del actual gobierno y avanzar en la implementación del punto de ‘Participación’, acorde con lo pactado entre las dos Delegaciones.
Recordemos que el Presidente no ha enviado a su Delegación renovada, por cuanto el ELN una vez terminado el anterior cese bilateral, realizó una serie de hechos de violencia, contra la Fuerza Pública, siendo el de mayor impacto el atentado contra la Estación de Policía en Barranquilla en época previa al Carnaval -la fiesta cultural más importante del Caribe colombiano-, contra la infraestructura energética y la infraestructura vial del país. Por supuesto la reacción de la Fuerza Pública contra las unidades del ELN también ha sido contundente. El Presidente le ha pedido al ELN coherencia entre lo que dice y lo que hace. Pero, la declaratoria de cese unilateral del ELN con motivo de las elecciones de Congreso y el cumplimiento del mismo, crean esa ‘ventana de oportunidad’ necesaria para que el Presidente Santos tome la decisión de enviar nuevamente a su Delegación y le permita al nuevo Jefe Negociador Gustavo Bell y su equipo mostrar si realmente tiene la posibilidad de contribuir a darle otra dinámica a la Mesa de Quito, e igualmente proceda el ELN con el resto de su Delegación que ‘se encuentra en consultas’ según se conoce.
El Presidente Santos se ha jugado todo su capital político a lograr una terminación del conflicto armado. Se logró un Acuerdo con las FARC, que debe verse como uno más dentro de la tradición colombiana de ‘construir la paz a pedazos’, recordemos ya habíamos logrado acuerdos al final de los ochenta e inicio de los noventa con el M-19, el sector mayoritario del EPL, el Quintín Lame, el PRT, la Corriente de Renovación Socialista; posteriormente en la primera década de los dos mil lo hicimos con un sector de los paramilitares y autodefensas. Pero para lograr lo que algunos han denominado una ‘paz completa’ queda pendiente el Ejército de Liberación Nacional (ELN) y hay que decirlo también, un pequeño sector del EPL. Por ello es fundamental que se intente avanzar en los meses que restan del actual gobierno en la construcción del Acuerdo con el ELN; el nuevo Gobierno que elijamos los colombianos en junio próximo decidirá si quiere continuar esas conversaciones, darles un nuevo giro, o cancelarlas.
El ELN ha conversado con varios gobiernos -el de César Gaviria en el marco de la Coordinadora Guerrillera en Caracas y Tlaxcala, el de Ernesto Samper, el de Andrés Pastrana, el de Álvaro Uribe en La Habana durante casi dos años-, pero ha sido solamente con el de Juan Manuel Santos que ha logrado formalizar un Acuerdo, que incluye agenda y procedimientos, para iniciar formalmente unas conversaciones y adicionalmente un primer cese bilateral de fuego.
Presidente Santos y dirigentes del ELN, vale la pena un nuevo y serio esfuerzo.