Algunos atribuyen la actual situación a la inexperiencia y juventud del Presidente y mucho de su equipo, cosa que no comparto, porque normalmente nadie ha hecho seriamente ‘curso para ser Presidente’ y la juventud no es por sí solo ni una virtud, ni una carga negativa. Creo que el problema debe estar por otro lado.
Me inclino a pensar que no ha sido exitoso el Gobierno en definir, si lo tiene, un propósito nacional que contagie a los colombianos. Se habla de un ‘Pacto por Colombia’ y de una ‘economía naranja’, sin que estén claros sus contenidos y como se materializaran: ¿un pacto para que, con quién o quiénes? ¿pactó consigo mismo y los amigos políticos? ¿con que objetivos y recursos? ¿Una economía de la cultura, del arte, de la recreación?
Los anteriores Gobiernos tuvieron y fueron capaces de volver un eje de su acción un gran objetivo nacional -independiente de si todos o la mayoría lo compartían-, para Juan Manuel Santos fue hacer la Paz con las FARC con las conversaciones de La Habana, para Álvaro Uribe fue derrotar militarmente a las FARC con la política de seguridad democrática, para Andrés Pastrana fue hacer la paz con las FARC en el Caguan, para Ernesto Samper inicialmente cerrar la brecha social y luego no dejarse tumbar del Gobierno por sus contradictores, para Cesar Gaviria gestionar el proceso constituyente de 1991 y posteriormente iniciar el desarrollo de la nueva Constitución. ¿Pero cuál es el del Gobierno Duque?
Si la idea es avanzar en despolarizar el país y avanzar en una forma distinta en la resolución de los conflictos de diversa índole, como lo menciono en varias de sus intervenciones iniciales, por supuesto creando condiciones para estimular el crecimiento de la economía, su equipo de Gobierno debe atender las demandas y conflictividades sociales -que en su origen no son de su responsabilidad, pero que le estallaron en el inicio de su mandato-, como resolver el tema de la financiación de la educación pública superior de calidad y con acceso para todos -que puede iniciarse con una Mesa de Concertación como la convocada por la Ministra de Educación y manejada con dirección y tolerancia-, el tema de la salud, que es otro tema que puede estallar en cualquier momento, los temas de la tierra para campesinos y comunidades afro descendientes e indígenas, esto último en buena medida ligado a la implementación de los acuerdos con las FARC, pero que es para beneficiar a las regiones y compatriotas en los territorios más deprimidos del país.
No me alegra que al Gobierno y al Presidente le vaya mal, porque es un síntoma de que las cosas para todos no van bien, por el contrario, lo deseable es que al Gobierno le vaya bien porque implica que mejoran las cosas para todos. Creo que la dupla del Presidente con su juventud y su Vicepresidenta con su experiencia, pueden hacer un equipo que reoriente la gestión del Gobierno, no comunicacionalmente, sino en el direccionamiento de sus objetivos, en beneficio lo de la mayoría de los colombianos. Pero también es verdad, que si no se comienzan a tomar correctivos, las cosas pueden empeorar y eso es indeseable.
P.D. ¿Y con el ELN que va a pasar? Es verdad que la mayoría del país compartimos la exigencia de terminación del secuestro para que la Mesa funcione, pero ¿no sería útil los buenos oficios de una tercería nacional que ayude a que las cosas se destraben y marchen en la dirección de terminar ese conflicto armado?