América Latina está dividida frente a la situación venezolana. Pero eso no es nada excepcional, más bien es la tendencia de largo plazo.
La posibilidad de una América Latina unificada parece más una utopía que una realidad. Porque la propia noción de Latinoamérica pretende ‘esconder’ en una palabra una realidad muy diversa y diferenciada.
Desde la conquista y la colonia, distintas potencias europeas fueron colocando su ‘pica en flandes’ para ir asentando su poder colonial. Inglaterra en una parte de lo que hoy es América del Norte -parte de Estados Unidos y Canadá, porque recordemos que también en un caso como en el otro los franceses tuvieron colonias y los españoles por supuesto en buena parte de los Estados Unidos y de México, que luego de la guerra de Estados Unidos contra México los primeros se apropiaron de parte del territorio mexicano-. Inglaterra igualmente en el Caribe anglófono. España en la mayor parte de América continental, desde México hasta la Patagonia argentina. Portugal con la gran colonia brasilera -Brasil el país-continente-.
Luego en la independencia colonial, vamos a tener igualmente procesos diferenciados. En el cono sur, van a ser José de San Martin, Bernardo O’Higgins y José Gervasio Artigas quienes lideran estos procesos. En los países andinos va a ser Simón Bolívar el gran conductor militar y político de la independencia de España. En México Agustín de Iturbide, Miguel Hidalgo y José María Morelos. En Centroamérica sobresale Francisco Morazán en El Salvador. Cuba va a ser el último país que logra su independencia de España con el liderazgo de José Martí. Brasil vive un proceso diferente, a finales del siglo XIX, de proclamación de su independencia de Portugal. México en su post-independencia va a tener una guerra donde Francia invade parte de su territorio y en la guerra con Estados Unidos pierde casi la mitad de su territorio –quizá allí se encuentra parte de la explicación del fuerte nacionalismo mexicano de una parte de su historia-.
Probablemente durante el período posterior a la segunda guerra mundial, conocido como la ‘guerra fría’ y bajo el predominio norteamericano, podríamos decir que va a existir una aparente unidad alrededor de la política norteamericana, con un México díscolo desde su autonomía, una Argentina peronista igualmente disonante y un Caribe anglófono todavía no independizado. Aún la decisión adoptada en la OEA –un organismo dependiente, en la época, de la política norteamericana- de expulsar a Cuba y su aislamiento no fue acogida por México, quien siempre mantuvo relaciones con la Isla.
En la post-guerra fría y una vez se produce la descolonización del Caribe anglófono tendremos una América Latina con posiciones más diversas que se reflejan en el seno de una OEA con mayor autonomía frente a la política norteamericana. En el primer decenio del presente siglo, con la llegada de una oleada de gobiernos ‘progresistas’ en la región vamos a tener la emergencia de intentos de autonomía regional frente a la política norteamericana, pero igualmente otros países de la región que buscan caminos autónomos de iniciativas subregionales como la Unasur; el México de Fox, hasta Andrés Manuel López Obrador, y países de la franja pacifica como Colombia, Perú y Chile, entre otros.
Hoy día tenemos, frente a la situación venezolana, un bloque liderado por el llamado Grupo de Lima y USA con una posición y otro grupo, dentro del cual están México, Uruguay, Bolivia, El Salvador, Nicaragua, Cuba y países caribeños, con otra posición.
No hay posiciones unanimistas en la región.