A pesar de los hechos de vandalismo en Cali y en Bogotá, la marcha del 21 de noviembre logró unir a la ciudadanía en su inconformismo con las políticas (o la ausencia de las mismas) del actual gobierno. La falta de compromiso con la implementación de los acuerdos, el asesinato de líderes sociales, el bombardeo en el Caquetá, la educación y el llamado paquetazo -reforma pensional, laboral y tributaria- fueron el detonante, por el que hoy los ciudadanos le están pidiendo al presidente que se conecte con la realidad.
El cacerolazo surgió de manera espontánea con dos objetivos: rechazar la violencia de los vándalos y continuar con la protesta pacífica. La jornada continúa por toda la ciudad de Bogotá y el país. El orden público no está controlado y los hechos violentos han intentado acallar la voz pacífica y democrática de millones de ciudadanos.
La marcha es sólo de los ciudadanos, aunque la derecha esté desesperada por deslegitimarla y la izquierda lo esté también pero por adueñarse de ella. Señores, no pesquen en río revuelto. Respeten, no saquen provecho político donde solo hay un clamor ciudadano.
El presidente de la República le comunicó al país su rechazo a los actos violentos, pero no fue claro en cuanto al camino a seguir. No resaltó la forma pacífica en que se expresaron miles de ciudadanos; el mensaje es al parecer, que la política de “mano dura” sigue a la orden del día y no se percibe en el panorama un escenario para la acción concertada.
La situación en el partido de Gobierno no es menos tensa. El ministro de defensa -con menos de 1 semana en el cargo-, fue duramente cuestionado por uno de los alfiles del Centro Democrático -Fernando Londoño- quien afirmó que el ministro no entiende sobre orden público, por lo que no sabe cómo manejarlo y pidió su renuncia inmediata.
Señor presidente, es hora de dar un giro de 180 grados a su gobierno. No solo escuche el malestar ciudadano, responda y tome medidas, libérese, no permita que esto se salga de sus manos por arrogancia y soberbia. Todavía puede “enderezar”, piense en los intereses de los colombianos y no en los de su partido.