Siempre se ha sabido que en época preelectoral hay mucho rifirrafe, pero ahora hemos llegado a lo más bajo en la forma de hacer política, cuando observamos las acusaciones que se hacen los expresidentes unos a otros.
Esto nos deja entrever lo despedazada y carente de valores que esta la sociedad colombiana que no puede ni siquiera ver que vive entre antivalores
Uno de los males que nos dejó el narcotráfico dentro del conflicto armado en el que hemos vivido durante muchas décadas, ha sido la corrupción, la vida fácil, que ha acabado con los valores de la familia, de la sociedad y del país.
Nos quejamos de los políticos corruptos que ya lo eran antes de llegar al poder, pero algunos consideran que es la corrupta es la sociedad.
Si bien es cierto que ante el mal gobierno que hemos tenido, debemos hacer un cambio hacia el centro para despolarizar a la sociedad en general y reconstruir el país, permitiendo el cambio y dando con el voto un castigo a esos politiqueros que llenan las noticias con sus presuntos delitos y escándalos de corrupción, y a aquellos que nunca han sido coherentes entre lo que piensan, dicen y hacen. Lo más importante que deberemos hacer como sociedad es reconstruir los valores para que podamos respetar la ley y al otro, para rescatar la tolerancia, la solidaridad y la caridad.
Debemos desanestesiarnos, porque ¿cuál es la visión que le estamos dando al mundo si sus expresidentes se acusan entre s ellos de que sus campañas estuvieron salpicadas de narcotráfico y corrupción, y en algunos casos de presuntos vínculos con paramilitares y haber intervenido en desplazamientos y robo de tierras?
No podemos dejar de lado los osos internacionales que ha venido haciendo nuestro presidente, que cada vez que abre la boca en los distintos auditorios internacionales, siendo el último de ellos las Naciones Unidas fue para hacer quedar mal al país.
En lugar de estarle siguiendo el juego a los politiqueros, caciques y gamonales, peleándonos entre sí, debemos darle una lección de honor y empoderarnos como nación para que en estas próximas elecciones demos el voto de castigo que se merecen. Debemos unirnos como sociedad para hacer la verdadera revolución democrática en las urnas, con ideas claras, con honestidad y con patriotismo.
Preguntémonos ¿qué clase de país queremos y nos merecemos tener?. No podemos seguir en un país sin autoridad, sin honor y sin justicia.
La época de los expresidentes Lleras en el que los debates se hacían con fundamento, altura y contenido pensando en el país, hoy han pasado lastimosamente a la historia.
Lo único que si es cierto es que debemos romper con los políticos que nos hacen quedar mal en el escenario internacional y que no le aportan al país, y si por el contrario contribuyen con su mal ejemplo a acabar con los pocos valores que como sociedad tenemos.
Gracias a esos políticos que no entienden a sus ciudadanos ni solucionan los problemas que aquejan al país, es que tenemos la inseguridad, la violación permanente de los derechos humanos, la inequidad y la falta de cohesión social.
¡Despertemos y cambiemos la historia! El país está hastiado de esta clase política corrupta e inepta.