LA DEMOCRACIA SIN IGUALDAD DE GÉNERO NO EXISTE

Opinión Por

En Colombia, la igualdad de género sigue siendo más una promesa que una realidad. Día a día, millones de mujeres en nuestro país deben enfrentar barreras de discriminación laboral, política y social que atentan contra sus posibilidades de desarrollarse plenamente y que las ponen en condiciones de inferioridad frente a los hombres. Además de eso, los feminicidios -320 entre enero y junio de 2021 según el Observatorio de Feminicidios Colombia- y la violencia sexual, entre otros tipos de violencia de género, siguen creciendo y las instituciones que deberían protegerlas no les ofrecen garantías a las mujeres, niñas y adolescentes víctimas, por lo que denunciar o hacer público un abuso termina produciendo más bien que ellas sean re-victimizadas y no que se les proteja y garantice justicia.

Es preciso acordar un punto de partida: jamás podremos tener una sociedad justa y democrática, si las mujeres, niñas y adolescentes siguen siendo victimizadas y desprotegidas por nuestras instituciones, y si las agendas de igualdad de género se mantienen marginalizadas en los espacios de toma de decisiones políticas, económicas y sociales. No podemos seguir creyendo que las violencias contra las mujeres no son relevantes para toda la sociedad y tolerando patrones morales machistas que le asignan la culpa de una violación sexual a la víctima. Por eso, o avanzamos decididamente en una agenda estructural de igualdad de género o no tendremos viabilidad democrática.

La forma en que nuestras instituciones públicas legislan, gobiernan o hacen justicia no puede seguir ajustándose a la medida de los hombres. La paridad y las agendas de igualdad de género deben ser centrales en nuestras leyes, presupuestos públicos y planes de desarrollo, y los feminismos no pueden seguir siendo estigmatizados y excluidos. Necesitamos más mujeres eligiendo y siendo elegidas: más mujeres en el sector público para lograr la paridad, y más mujeres expertas en temas de género en cargos de poder para construir política pública para todas y todos.

Las mujeres no pueden ni deben recibir menos pago que los hombres ni contar con menos oportunidades de promoción en su trabajo; deben recibir educación sexual apropiada y libre de estereotipos que les permita tomar decisiones informadas; dado que el 40% de las mujeres ya han tenido su primer hijo a los 19 años, deben contar con guarderías para sus hijos financiadas por el Estado y por el sector privado para facilitarles su acceso a la fuerza productiva; deben tener un mejor acceso a los servicios de salud sexual y reproductiva. En suma, debemos asumir con seriedad el compromiso democrático de construir una sociedad igualitaria.

Exsenador de la República. Politólogo del Instituto de Estudios Políticos de París, Magíster en Política Internacional de la escuela de Altos Estudios Internacionales de Francia. Y Magíster en Relaciones Internacionales y Seguridad en la Universidad de Georgetown.