BOGOTÁ Y SUS RETOS EN MATERIA DE DESCENTRALIZACIÓN

Opinión Por

Sin duda alguna los retos de la Descentralización en Bogotá son enormes, en primer lugar, debemos remitirnos a hacernos algunas preguntas claves que nos ayudarán a entender este proceso. ¿La descentralización en la capital ha cumplido sus fines? ¿Ha servido la descentralización para acerca realmente al ciudadano a las entidades territoriales? ¿La corrupción en las entidades ha disminuido? ¿El ciudadano de a pie siente la democratización de la administración pública?

Estas son algunas de las preguntas que analizaré con el fin de definir los mayores retos de la descentralización y elaborar un pequeño diagnóstico de cómo va el proceso de ordenamiento territorial en nuestra ciudad.

Lo primero que debemos abarcar es recordar que este proceso de descentralización nace en Colombia debido al enfoque centralista que se le estaban dando a las decisiones públicas, las cuales impedían la participación de los pequeños territorios en temas como, por ejemplo, decidir en que se van a invertir sus recursos, y quien más sino ellos, quienes viven las problemáticas diarias de sus territorios, los que saben en qué se debe invertir el erario público. Otro problema que la descentralización se propone atacar es la política tradicional envuelta en un círculo vicioso de la corrupción a nivel local, promoviendo la organización de las comunidades y su autonomía en los territorios. Sin duda, el centralismo y la corrupción local son de los mayores retos que la descentralización tiene en su debate diario. Seguidos pues, de la inequidad territorial que es el resultado de dichas malas prácticas de las administraciones locales.

Un debate amplio del tema en cuestión radica en el cómo están midiendo los avances de la descentralización, quienes están basados netamente en la gestión fiscal, dejando a un lado temas tan importantes como el desarrollo municipal, la participación de la ciudadanía y la innovación en el territorio. Dejando estos indicadores a un lado, ¿Podemos tener una medición real del estado de la descentralización en Colombia? ¿Basados solamente en la gestión fiscal tenemos una perspectiva amplia del asunto?

En primer lugar, el enfoque centralista lo que ha logrado es mantener un margen de gobernabilidad legitima muy bajo, ya que, como las decisiones se siguen tomando desde el nivel central, las comunidades de base no sienten un interés de la Administración de turno por escuchar sus problemáticas y priorizar sus necesidades. Frente a este tema vale la pena resaltar el esfuerzo de la pasada administración de Bogotá en materia de cabildos ciudadanos, los cuales son espacios donde la comunidad decidió en que materia se debían priorizar los recursos. El esfuerzo por parte de dicha administración puede decirse que quedó en vano debido a la poca participación ciudadana. Para citar un ejemplo, en un cabildo ciudadano realizado en la localidad de Kennedy, donde se esperaban alrededor de 500 personas, solo llegaron 150. ¿En una localidad de algo más de un millón de habitantes solo 150 personas decidiendo en que se van a invertir los recursos? Una falta de compromiso ciudadano. El esfuerzo de la ciudadanía es pues por presionar a las administraciones de turno para que se propicien este tipo de espacios, pero también se debe generar un compromiso de la ciudadanía en participar de los mismos. El primer gran reto de la descentralización es pues, llevar la toma de decisiones a las comunidades, pero también impulsarlas para que participen, concientizándolos de la necesidad de sentar su voz para esta toma de decisiones.

Con respecto a la corrupción a nivel local, urge la necesidad de una reforma al estatuto orgánico de Bogotá, decreto ley 1421 de 1993, que es el que regula la organización y el funcionamiento administrativo de la ciudad. Donde se implementen los cambios que en materia de administración pública reclama la ciudad. Los retos, aciertos y desaciertos de la ciudad del 93 no son los mismos del día de hoy. Blindar a la ciudad de la corrupción priorizando la vigilancia de los recursos públicos de las localidades es uno de los grandes retos que se viene por delante para Bogotá. Urge pues, que en el debate electoral que se avecina y del cual no estamos tan lejos, sepamos los Bogotanos escoger muy bien esos 18 representante para que en el Congreso podamos presionar sus agendas y que se adelante lo necesario con el fin de reformar el estatuto orgánico que esta ciudad tanto necesita.

El debate está puesto sobre la mesa y el rol de nosotros como ciudadanos de a pie, es el de conocer, participar y apropiarnos de espacios como los Consejos, Comités, Juntas y demás espacios locales. No más discurso sino más bien acciones. ¿Conoce usted a los ediles de su localidad? ¿Ha participado con los Consejos Locales de su localidad? ¿Los conoce?

La invitación es pues, la de contribuir como ciudadanos a esa descentralización haciendo parte de estos espacios que son determinantes para el desarrollo de nuestras localidades y por ende de nuestra amada Bogotá.