El país por estos días y ya casi meses, está en una evidente campaña presidencial, es el poder de los próximos 12 años lo que está en juego y ningún partido, ninguno, óigase bien, sea tradicional, moderno o “alternativo”, si es que eso existe, se quiere quedar por fuera, puesto que es claro que la política es la carrera cuya meta es la obtención del poder.
En esta barahúnda, de corrientes profundas y superficiales, de populistas, áulicos, eruditos, lacras y hasta apostatas de la fe en campaña que revolotean por aquí y por allá, se crispan los ánimos y los espíritus, pero cada vez se reflexiona menos y así salen a votar, embejucados, emberracados, emputados o como lo quieran llamar, para luego estarle hechando la culpa y las piedras a quienes no votan pero deben hacer cumplir la Ley.
En esto, me encuentro con el hecho que las huestes atacan por doquier, atizadas por algunos políticos incoherentes que llevan años en el ejercicio político, pero despotrican de los políticos, que rechazan los altos salarios del congreso, pero los cobran igual que todos, que rechazan los privilegios, pero los saborean, eso si, muy disimuladamente, que critican que en ciertos partidos hay Mesias y que no son partidos sino “sectas” casi que religiosas, pero cuando hay votación y hay disidencias en una colectividad ajena, acuden a la vieja fórmula hipócrita de considerar lo siguiente; si esos disidentes votaron en contra de lo que ellos, “los decentes evaluadores” necesitan, entonces esos disidentes son “corruptos y enmermelados” ah.. , pero si esos disidentes llegaren a votar por lo que los autoproclamados “decentes evaluadores” necesitan, entonces los disidentes son unos berracos, honestos, etc.
Lo anterior lo expreso por que constantemente observo que algunos sectores autoproclamados “alternativos”, vienen asumiendo esas malas costumbres de la derecha que tanto suelen criticar, y por supuesto, las mismas que los sectores liberales rechazamos, pero que coherentemente no imitamos, estos sectores que se auto proclaman “alternativos” o “decentes” se me asemejan a quienes se hacen llamar “gente de bien”, pues buscan hacerse notar por cualidades que no deben ser autoproclamadas, sino reconocidas por las gentes, es así que critican a los delfines “Galan”, a los “Lara”, o a “Serpa”, pero se les olvida “Pizarro”, “Asprilla”, “Córdoba” y hasta “Cepeda” o cuéntenme, acaso no es lo mismo heredar poder, reconocimiento o una carrera política en la izquierda o en otros sectores ideológicos de la política?, para mi, son casos iguales y no los critico, es natural y pasa en todas las actividades humanas, hijos de actores o actrices que se vuelven actores o actrices, médicos, abogadas, futbolistas y hasta pastores o curas.
Se critica que en el centro democrático el único que manda es Alvaro Uribe, pero cuando en el Partido Liberal hay una votación dispersa como la que hubo recientemente en la moción de censura al ministro de defensa, se ataca y no se baja de corruptos, enmermelados a quienes a bien tuvieron en votar negativo, cosa que no comparto, pero respeto, y entiendo a quienes atacan esto, son “alternativos” pero a la verdadera democracia, por que me pregunto, acaso la democracia no implica que pensemos diferente y no por eso debemos ser molestados o perturbados en nuestra conciencia, no es acaso el unanimismo y el sectarismo lo que le criticamos a los sectores más conservadores de la política?, Será que estos nuevos sectores políticos se convertirán en lo mismo o ya lo son silenciosamente?, será que no es correcto rechazar el actuar del estilo Bush que profesaba “si no estás conmigo estás en mi contra”, no es esta acaso la vieja fórmula fascista y filosófica, también aplicada por el sectario comunismo, de la “falsa dicotomía”.
Pues bien, resulta que a un gran pensador y revolucionario, de los de verdad, no de los de tuiter llamado Voltaire, se le atribuye que en la Francia de la guillotina expresó en defensa de Helvetius; “desapruebo lo que dice, pero defenderé hasta la muerte su derecho a decirlo” y esa pequeña gran frase constituye uno de los tres cimientos fundamentales del liberalismo y de la democracia misma que algunos fanáticos “alternativos” hoy han olvidado precisamente por qué su coherencia llega hasta donde llega su necesidad de reconocimiento de la opinión pública y del “me gusta”, es decir, son tan “alternativos”, que se alternan entre el sectarismo y el estado de opinión del fascismo y del comunismo de antaño.
No damas y caballeros, no sean incoherentes la democracia es a plenitud, no a medias, e implica que al momento de votar hay quienes tienen consideraciones en su ser que son intuito personae y debemos respetarlas como queremos que respeten las nuestras, no apruebo, no comparto el voto negativo a la moción de censura, quisiera que el Sí hubiere triunfado, sin embargo, respeto la democracia, no comparto que dos congresistas del partido verde como Angelica Lozano y Gobertus no firmarán la solicitud de retiro de la Tributaria 2021, más aún, que en 2018 los congresistas del Partido Verde, Juanita Gobertus, Katherine Miranda, Mauricio Toro y Catalina Ortiz, no votaron la moción de censura al Ministro Carrasquilla, pero no por ello debo catalogarlas como corruptas o enmermelados, aún así, no vi al Congresista Inti Asprilla haciendo el cuestionamiento a su bancada que ahora si hace contra algunos congresistas liberales por no votar la censura a Diego Molano.
Por ello, desde el #NuevoOrdenLiberal insistimos en hacer un llamado a la coherencia, en primera medida al Liberalismo, a no dejarse llevar por esos cantos de sirena, que sirenas son, tanto en la izquierda como en la derecha y a los otros sectores, en especial los autoproclamados novedosos alternativos, a ser coherentes en no convertirse en el Frankenstein que tanto añoran derrotar.