Terminado el impacto mediático de las consultas, superpuestas con las elecciones de Congreso -que realmente no se deberían permitir en esa fecha sino en una especial para consultas partidistas, si el Consejo Nacional Electoral fuera serio-, empieza la campaña presidencial en forma y tanto los debates de los candidatos presidenciales, como los debates vicepresidenciales, realizados en la televisión, la radio y otros foros, como la propaganda en medios masivos de información comienzan en serio a configurar preferencias.
Ya no se trata de una confrontación entre dos opciones solamente, como se trató de hacer creer -entre derecha e izquierda-, sino entre por lo menos seis o siete candidatos con diversos matices, lo cual lleva a una cierta dispersión de las preferencias y de los votantes. Hay que recordar que en sistemas de doble vuelta, en la primera los votantes lo hacen por preferencias de quién desearía que triunfara y en la segunda más en contra de quien no quisiera que ganara.
Sin lugar a dudas que en las elecciones presidenciales van a jugar una rol importante tanto el denominado ‘votó disponible’ o de opinión, como el voto que van a movilizar los aparatos de los partidos políticos -no olvidar que en todas las sociedades los partidos políticos deben movilizan los votantes el día de las elecciones- ya sea tanto los votantes que se movilizan por lealtades partidistas, que aunque sea decreciente sigue siendo una cifra importante, especialmente a nivel regional y de pequeños municipios, como aquellos que lo hacen ligados a modalidades diversas de lógicas de clientelismo.
Consideró que analizando los resultados de las elecciones de Congreso, así como las tendencias históricas, tendremos una votación por encima de los dieciocho millones de votantes, los cuales probablemente se exprese en un cincuenta por ciento por el ‘voto disponible’ y el otro cincuenta por ciento por la capacidad de movilización de votantes de los partidos políticos. Lo anterior plantea que por lo menos cuatro o cinco candidatos tendrán posibilidades de pasar a la segunda vuelta -el triunfo de un candidato en primera vuelta es improbable-, Vargas Lleras apoyado por Cambio Radical y el Partido de la U., De la Calle apoyado por el Partido Liberal, Duque soportado por el Partido Centro Democrático y un sector del conservatismo, Petro apoyado en los Decentes y algunos congresistas Verdes y del Polo y Fajardo apoyado en Alianza Verde y el Polo así como en su Movimiento Compromiso Ciudadano. Las candidatas Piedad Córdoba y Vivianne Morales, por el momento es más incierto los apoyos electorales que tendrán, pero sin duda deben ser vinculadas a los debates en igualdad de condiciones.
En esto tendrá un peso importantes el desempeño en los debates de cada candidato, la estrategia publicitaria de cada campaña y que tanto trabajen los aparatos políticos de los partidos. Igualmente las actividades de proselitismo en plaza pública y el diálogo con los potenciales votantes.
Lo real es que el juego está abierto para todos, cada uno de estos cinco candidatos parten con apoyos que fluctúan entre dos y tres millones de votantes y en las seis semana que faltan podrán aumentar o perder parte de esos apoyos. Por lo tanto no hay candidatos fijos y veremos cómo se va a desarrollar la contienda.!