Desesperanza

Opinión Por

Muy alejadas de la realidad de nuestras gentes me resultan las dinámicas que estamos viviendo en las ultimas semanas. El proceso electoral se ha concentrado únicamente en la mecánica. Los partidos una vez más han demostrado que son solo una tienda para la venta de avales y algunos hasta una asociación para delinquir. El único sentido que ha tenido este proceso es la mera matemática electoral, pero el sentido que debe tener la política, que es el de llenar de esperanza a la gente, está ausente. 

La mayoría de los dirigentes de los municipios no viven en ellos, no viven el diario de la realidad que enfrentan sus habitantes, en departamentos como el Atlántico la mayor parte de la representación está concentrada en Barranquilla, lo que resulta ser un factor determinante en la visión del desarrollo que tienen las municipalidades, quienes han sido condenados a vivir en la miseria y en el atraso. 

Las realidades y necesidades son las mismas de siempre y hasta produce vergüenza enumerarlas. Claro que es una vergüenza decir que aún no tenemos agua potable, alcantarillado, vivienda digna, que la producción del campo es cada vez más baja, que lo que se produce en el campo no se comercializa por las condiciones que tienen nuestros campesinos, que no existe voluntad política para planificar el desarrollo. Las acciones de gobierno se convirtieron solo en estadísticas, con las que el ejecutivo departamental llena rendiciones de cuentas, pero en la realidad poco hay. 

Los secretarios de despacho del nivel departamental no entendieron jamás que la actividad del gobierno resulta más eficiente y eficaz si se hace directamente con las comunidades. Esto lo reclama la gente, lo manifiestan permanentemente y parece que a algunos funcionarios solo les sirvió estar en el gobierno para ser menos pobres. 

La desesperanza se apoderó de los ciudadanos, a nadie le creen, las instituciones están desprestigiadas y el unanimismo parece no aportar a la posibilidad de escuchar voces disonantes como forma de impulsar. La gente está esperando que alguien muestre el camino, que alguien haga la pedagogía de mostrar y decir lo que todos saben, lo que todos presumen, pero que nadie se atreve a decir y mucho menos mostrar. 

Acaso no les produce vergüenza llegar a municipios empobrecidos como Santa Lucía – Atlántico, allá donde se abrió un boquete del Canal del Dique. Los problemas siguen siendo los mismos, de hecho las obras para evitar una nueva tragedia siguen inconclusas. Pude constatar personalmente que los trabajos a la orilla del Dique no están hasta donde dicen algunos funcionarios, el hospital está en paro hace quince días, hasta la Personería municipal se declaró en paro, supongo que el alcalde no les ha transferido. Y saben que es lo peor, que la clase dirigente pretende que en municipios como este que les describo, la gente elija entre dos ex alcaldes que ya demostraron su incapacidad y el candidato de la administración. 

Hay que devolverle la esperanza a la ciudadanía, en eso consisten los fenómenos políticos, en ser luz y faro para orientar a mejores puertos el futuro de la gente.