La veeduría internacional que están haciendo medios de comunicación “The New York Times”, “Washington Post” y AP al proceso de paz es un síntoma positivo, es una señal de esperanza para nuestro país sumido en la polarización, la censura y la desinformación. Su vigilancia persuade a varios sectores, principalmente al Partido de Gobierno, para ser más cuidadosos en sus declaraciones y acciones. Se garantiza que continúe la implementación del proceso de paz, sin que se ponga en peligro.
La carta que 79 congresistas de Estados Unidos enviaron al Secretario de Estado Mike Pompeo, donde le piden apoyar el Acuerdo de paz, así como la reunión que la Presidente de la JEP sostuvo el pasado mes de marzo con los Embajadores de Alemania, Suecia, Bélgica, Reino Unido, Suiza, Países Bajos y Noruega, son también acertadas acciones que favorecen la continuidad del proceso de paz.
Para estos representantes y sus Gobiernos “la JEP es un pilar del posconflicto y que su entrada en funcionamiento es necesaria para la reconciliación y la reparación de las víctimas”. Esto ratifica que el futuro de Colombia es importante para nuestros vecinos del norte y para los europeos.
La implementación de la paz significa que millones de personas podrán volver a sus tierras y recuperar su entorno y arraigo. Esta es una gran noticia para las 8.816.304 víctimas del conflicto armado, a quienes finalmente se les va a garantizar la verdad, justicia, reparación y garantías de no repetición.
El “cerco diplomático” que le hace la comunidad internacional al Presidente Duque en favor de la paz, así como el reciente fallo de la Corte Constitucional en favor de la JEP, obligan al Gobierno y a su bancada a pasar la página, moderar el tono y gobernar sin espejo retrovisor.
Hago un llamado a la reconciliación, a dejar el odio y pensar en la paz que tanto anhela el país.