Tras una jornada de Covid Friday en Bogotá, que coincide con una escalada de casos de COVID-19 nunca vista desde la llegada del virus a la capital, los bogotanos vemos como se refuerzan las medidas de distanciamiento en un tire y afloje entre el presidente de Colombia y la alcaldesa Bogotana. Los ciudadanos nos hemos convertido en motines de guerra de dos mandatarios que quieren demostrar quién tiene la última palabra. La incapacidad del gobierno central y el capitalino para ponerse de acuerdo, sumado a la improvisación están teniendo un costo emocional altísimo para los ciudadanos capitalinos.
Una epidemia con un alto costo emocional
Recientemente en una entrevista para la BBC, la experta belga en estrés y trauma Elke Van Hoof resaltó que estamos viviendo un experimento social jamás visto en la historia, un tercio de la población mundial estuvo en cuarentena durante el mes de marzo.
Van Hoof argumenta que esta situación nos ha demostrado que somos resilientes debido a la capacidad de la mayoría de las personas para reinventarse y recrear una vida de mejor manera posible durante la cuarentena, asegura la psicóloga. En complemento, la experta considera que existe la posibilidad de hacerlo aún mejor, porque la resiliencia es algo en lo que podemos capacitarnos, podríamos haber estado mejor preparados si hubiéramos reconocido la importancia de la salud mental como asunto de salud pública antes del covid-19.
Para Claudia Borensztejn, presidenta de la Asociación Psicoanalítica Argentina, los más de tres meses de encierro y la ausencia de una fecha clara de finalización del aislamiento, generan un significativo desgaste emocional, que puede profundizarse aún más con el endurecimiento del confinamiento, convirtiéndose en depresión, angustia y ansiedad.
Mientras tanto, no parece haber claridad sobre la apertura de los países en un futuro cercano. En Australia parecen volver cerrarse las fronteras y retornar una cuarentena estricta luego de un incremento en los casos causado por las multitudinarias manifestaciones del movimiento global Black Lives Matter, en Lisboa algunos barrios están volviendo al confinamiento temporal ante un rebrote, así que parece que vamos a estar un buen tiempo viviendo en aislamiento y de manera distinta a lo que estábamos acostumbrados.
Coordinación entre gobierno central y local
Esta situación de epidemia implica el trabajo articulado entre la administración nacional y municipal. La falta de coordinación tiene costos económicos, cuesta vidas y pone en aprietos el bienestar emocional de los ciudadanos.
Los choques entre la alcaldesa y el gobierno de Iván Duque iniciaron con el simulacro de aislamiento en Bogotá en el mes de marzo. El funcionamiento del aeropuerto El Dorado fue uno de los temas de polémica entre los gobernantes. “Sobre mi cadáver reabren El Dorado el 27 de abril”, dijo Claudia López en una presentación pública.
La apertura económica y por sectores ha sido otro de los puntos de disenso entre Duque y López, mientras Duque proponía un modelo de “aislamiento inteligente”, Claudia López implementaba medidas de retraimiento como el “pico y género” y el “pico y cédula”.
Para la última semana de junio, Bogotá ocupaba el décimo lugar entre las capitales mundiales con mayor número de casos, con 194.4 casos activos de covid-19 por cada 100.000 habitantes, una tasa de mortalidad de 9.9 por cada 100.000 hombres y 5,3 por cada 100.000 mujeres.
Bogotá pasó a declararse Alerta Naranja durante el mes de junio al sobrepasar el 50 por ciento de ocupación de las camas de cuidados críticos. En respuesta al escalamiento de casos la Alcaldía Distrital ha puesta en marcha medidas como el reforzamiento de aislamientos en localidades que presentan mayor número de casos, en las localidades de Kennedy, Bosa y Ciudad Bolívar, denominadas Zonas de Cuidado Especial, en las cuales deberá cumplirse una cuarentena estricta hasta el 14 de julio, con la posibilidad de que se extienda para toda la ciudad en las próximas semanas.
En contraparte a las medidas implementadas por la administración municipal, el pasado 28 de junio presidente Iván Duque aseguró que no es una opción viable volver a una estricta cuarentena. «Debemos entender que no es una opción viable para la sostenibilidad de nuestras sociedades sencillamente decir vamos a encerrarnos hasta que aparezca una vacuna», sostuvo el presidente colombiano. Para Duque Colombia debe aprender a convivir con el virus.
En medio de la incertidumbre es claro, que las primeras semanas de julio serán decisivas para entender y frenar el avance de la epidemia en Bogotá. Durante el puente festivo de la última semana de junio, Bogotá registró un incremento en la ocupación de las camas de cuidados intensivos llegando a un 71,4 por ciento, llegar a un 75 por ciento de ocupación llevaría a la alcaldía a retornar a un confinamiento severo para toda la ciudad, una posibilidad que la alcaldesa no desestima.
Llamado a la coordinación y el cuidado de la salud mental de los bogotanos
Como ciudadanos hacemos un llamado a las administraciones locales y nacional para trabajar de manera coordinada en la búsqueda del mayor bien común para los ciudadanos, buscando el complejo equilibrio entre frenar la propagación del virus y garantizar la redistribución de la riqueza en más manos para darle fluidez a las economías locales.
La improvisación, falta de decisión y beneficio de los intereses de reducidos sectores de la sociedad colombiana están teniendo altos costos emocionales para los bogotanos.