Desde el año pasado se viene anunciando por varios sectores políticos y gremiales que Colombia requiere una reforma laboral, entre otra serie de reformas políticas y económicas. Pero ¿ Por qué es un tema tan álgido?, pues la razón es tan simple como compleja, dado que una reforma laboral es de las pocas políticas públicas que tienen la capacidad de afectar a todos los miembros de la sociedad y tiene la capacidad implícita de afectar el futuro mismo de la república.
La reforma laboral lo afecta a usted mi estimado lector, porque no importa si usted vive como trabajador, como rentista, como empresario o como especulador financiero, el marco legal del trabajo lo va a afectar, sea que se meta con su ingreso (si es trabajador), con sus costos (si es empresario o rentista), o con los recursos disponibles para administrar (si es un administrador financiero), por eso es un tema que genera tanta polarización política.
Entonces, ¿Qué hacer?, ¿No hacer nada para evitar polémica?, pues bueno eso sería como decir que el mercado laboral goza de excelente salud, y siendo sinceros el mercado laboral colombiano no goza de dinamismo. Entonces hay que modificar las reglas de juego, para darle vitalidad, pero primero hay que reconocer que la política económica tiene limitaciones en el corto plazo y por mejor que sea la reforma, no se van a solucionar todos los males, un poco de honestidad política nos ahorra muchos problemas y ayuda a llegar a acuerdos.
Antes de hablar propiamente de la reforma, vale la pena dedicar un pequeño espacio a los problemas del mercado laboral en los cuales se resaltan el desempleo y la informalidad, y vale aclarar que no son lo mismo y no responden a las mismas causas. Siendo más concreto, el desempleo o una persona desempleada es aquella que no realiza ninguna labor y se encuentra en la búsqueda de trabajo, mientras que la informalidad es una consecuencia de que el trabajador no tenga sus plenos derechos o está por fuera del marco normativo.
Entonces el gobierno siguiendo las propuestas de gremios, especialmente del sector financiero, propone la eliminación de beneficios a los trabajadores, beneficios extrasalariales, y aunque no se toca el salario nominal de los trabajadores, si se reduce el ingreso real de las familias, lo que implica una reducción del salario real de los trabajadores de Colombia.
La lógica de esta propuesta se basa en la idea que, si a las empresas les cuesta menos contratar un trabajador, van a contratar más personas. Esta condición implica que el gobierno y su equipo económico están pensando que en Colombia hay perfecta sustitución de factores y no hay restricción tecnológica, porque solo bajo esa condición las empresas reducirían su stock de capital para incrementar el número de trabajadores. Pero la economía no funciona así, porque sí existe restricción tecnológica y los factores funcionan de forma complementaria en el corto plazo.
En un ejemplo sencillo, si una empresa tiene un computador para que trabaje una persona y se reduce el costo de contratar personal, no tiene sentido contratar un nuevo trabajador porque simplemente no tiene los medios para trabajar, de contratar más personal este no genera valor ni incrementa el producto, por ende es antieconómica su contratación y no se va a reducir el desempleo. Entonces en el fondo crear nuevos puestos de empleo depende es de la rentabilidad del capital adicional invertido que de los costos de contratación.
Otra opción es que lo estén pensando en términos de competitividad en el mercado externo, y claro que una reducción de los costos mejora la competitividad. Pero otra vez este argumento tiene un problema y es que el efecto es nominal y no real, se queda en el campo de la distribución del ingreso, porque la única forma de incrementar el empleo es que este cree nueva inversión o haya un stock de capital en desuso que se pueda poner a producir, y aquí el tema se vuelve muy marginal, por que los sectores que tienen la característica de demandar grandes bloques de mano de obra no son precisamente los mas integrados al sector externo, entonces el efecto total sobre la tasa de desempleo en el mejor de los casos seria modesto. En el fondo el problema no es de competitividad, que es algo, voluble, y dinámico, dado los precios de mercado, sino de productividad.
En el fondo lo único que sucedió es que el gobierno generó un fenómeno de redistribución del ingreso, pero a diferencia de Robin Hood, aquí en Colombia fue de forma perversa e inversa del cuento inglés.
Muy diferente si lo que se plantea es reducir la informalidad, en este caso la idea tiene un poco más de lógica porque una regulación más laxa y menos costosa facilita su cumplimiento y si es menor el costo de la afiliación al sistema de seguridad social, pues más fácil es que las empresas y los trabajadores se afilien, pero ojo que el efecto distributivo ha de seguir presente.
Finalmente, el tema de la informalidad se debe dejar para otra columna por el espacio que esta abarca y su relación con el sistema pensional, pero dando un pequeño abrebocas este tema no solo se puede mirar desde los costos de contratación, también se puede ver desde los requisitos de formalización de las empresas, y las barreras de mercado que deben superar para existir, y desde la decisión racional de las personas de elegir el sector informal por el costo de oportunidad del ingreso disponible frente el ingreso del sector formal (en especial en los niveles mas bajos del ingreso).