En defensa de los Derechos Humanos

Opinión Por

El pasado 10 de diciembre se celebró el día de los Derechos Humanos, pero lastimosamente en Colombia para algunos, es un tema de izquierda, sin comprender que son derechos supranacionales y forman parte de nuestros derechos fundamentales como por ejemplo el derecho a la vida.

La falta de voluntad política y esa asociación errónea de los Derechos Humanos, han hecho que el derecho a la vida de los defensores de estos derechos, así como la de líderes sociales y medioambientales se continúe vulnerando de una manera frenética.

Así mismo las minorías (los afrocolombianos, los indígenas, etc.) han sido el blanco de asesinatos y los han involucrado en el conflicto armado por quitarles sus tierras.

La tierra sigue siendo el centro del conflicto, por lo que la violencia se acrecienta en las zonas rurales y en áreas productivas: En el año 2020 los homicidios de líderes aumentaron de manera acelerada.

Pero si los protagonistas de tales crímenes fueron grupos armados irregulares al margen de la ley, también las fuerzas armadas han sido actores de abuso de la fuerza dentro del conflicto armado.

Lo lamentable es que se siga considerando que la única respuesta frente a  hechos tan lamentables sea el uso de la fuerza, y no la generación de políticas públicas reales y efectivas para la creación de empleo, mejores condiciones de salud y de educación y la implementación de servicios públicos en particular de agua potable en las regiones más vulnerables del país.

Mientras no se consoliden los acuerdos de paz, no se tome conciencia por parte de la clase política que este problema no es de ideologías sino de calidad de vida en el que todos debemos aportar a la solución, y no existan políticas de Estado para sacar de la miseria y del olvido a esa Colombia profunda, la vulneración a los Derechos Humanos será una constante.

Nos hemos convertido en un país violento en el que las leyes son debilitadas por quienes gobiernan en lugar de mostrar el ejemplo, en una sociedad facilista, sin valores, en la que impera el que más grite y agresivo sea, o en el que pase por encima de los derechos de los otros.

Veo con tristeza como la libertad que es un derecho fundamental se tergiversa y se manipula al antojo de algunos dependiendo de sus propios intereses, olvidando el principio fundamental de que mi derecho termina, cuando nace el derecho de los demás, y viceversa.

En Colombia se violan todos los Derechos Humanos y la sociedad no se inmuta, porque ya está anestesiada y no es capaz de distinguir entre lo bueno y lo malo, solo le interesa la moda y parecerse al “Joker” o a “Enigma” o en versión colombiana a Pablo Escobar o a la “Gata”, ya que el fin justifica los medios, al estilo Maquiavelo.

Ex-diplomática. Abogada, con una Maestría en Análisis Económicos y en Problemas Políticos de las Relaciones Internacionales Contemporáneas, y una Maestría en Derecho Comunitario de la Unión Europea. Autora del Libro, Justicia transicional: del laberinto a la esperanza.