ENTRE LA “COMBINACIÓN DE LAS FORMAS DE LUCHA” Y “EL FIN JUSTIFICA LOS MEDIOS”

Opinión Por

Esta semana dije que no haría alianzas con Gustavo Petro y que, además, buscaría trabajar con personas que hubiesen militando en el uribismo. Y me ratifico.

Me ratifico porque el uribismo se agotó, cada día es más pequeño, débil, dividido y desesperado por anclarse al poder, por una historia de errores. Hay muchas personas valiosas y con buenas ideas entre sus simpatizantes, han entendido los errores de un liderazgo que se tornó nocivo, tóxico y muy peligroso para el país.

Jamás he dicho que haría alianzas con Uribe. Mis pronunciamientos, debates y leyes en el senado, demuestran mi línea de pensamiento y de conducta siempre frente a él. ¿Entonces, no podemos representar e interpretar a personas desencantadas del uribismo? ¿Entonces, aquí el que ya no se siente uribista, debe irse directo al petrismo? No creo.

Llevo días recibiendo insultos de todo tipo, han trapeado con la memoria de mi padre, hasta el punto de proferir amenazas. ¿Es esto normal? ¿Por decir que quiero representar a unas personas que se están quedando huérfanas y que también son colombianas? Pienso que no.

No vamos con Petro. Sin embargo, queremos representar a los petristas y a los que también se desencantaron de él, porque no encontraron en su alcaldía lo que esperaban, o no están dispuestos a alabarlo y le exigen por sus errores. Por eso me pregunto: ¿Petro es perfecto? ¿O es el mesías?

No creo en mesianismos, ni en prometedores de milagros incumplibles. Farsantes que pretenden encasillar a Colombia en un falso dilema entre “la combinación de las formas de lucha” y “el fin justifica los medios”. Aquí es preciso dejar un mensaje claro: el próximo presidente debe abandonar el discurso servilleta de “representarlos a todos” y efectivamente hacerlo.

La campaña electoral es como el excel, que lo aguanta todo, pero la vida de este país necesita dejar de segregar. En nuestro país hay quienes pretenden imponer un régimen de segregación social, económico, político, cultural, en materia de negar a muchos un acceso pleno a igualdad de oportunidades y derechos ante la ley.

Colombia, sus territorios y comunidades, no lograran ser verdaderas dueñas de su destino sin construir acuerdos de nación. Encontrar un sentido de nación en la conciencia colectiva, arraigado en la historia de generaciones que nos legaron unas instituciones democráticas con defectos, vacíos y vulnerabilidades, pero que ha costado mucha sangre y esfuerzo construir. Acuerdos que nos permitan escuchar, conversar, poner en común, ceder, sacrificar, pensar y planear un destino juntos.

Los problemas que tiene nuestro amado país, no los resolverá una mujer o un hombre que llegue a la presidencia. Tampoco los solucionara un gobierno. Es la nación entera la que debe asumir la responsabilidad de la tarea. Cada ciudadano, por humilde o poderoso que sea, tiene mucho para aportar.

Quiero expresar a todos los familiares de las más de 70 mil víctimas mortales por COVID, mi solidaridad y apoyo en esta hora de dolor para miles de hogares colombianos. No olvidemos agradecer a nuestro personal de salud su labor, entrega y sacrificio por todos nosotros. Son héroes en bata blanca que nos inspiran con su ejemplo, servicio y cuidado de la dignidad humana. Llevan todos los días la carga física, mental y emocional propia, la de sus pacientes y familias. Infinitas gracias ayer, hoy, mañana y siempre. 

Exsenador de la República. Politólogo del Instituto de Estudios Políticos de París, Magíster en Política Internacional de la escuela de Altos Estudios Internacionales de Francia. Y Magíster en Relaciones Internacionales y Seguridad en la Universidad de Georgetown.