A todos los que votaron por los candidatos y candidatas del Nuevo Liberalismo y a la consulta presidencial de la Coalición Centro Esperanza, al Senado de la República y a la Cámara de Representantes, les entregamos todo nuestro agradecimiento. Pero no sólo por votar por quienes dieron un paso al frente e hicieron parte de las opciones electorales, sino por sembrar las semillas de la construcción de una nueva fuerza ciudadana y democrática en el escenario político colombiano. Hoy, el Nuevo Liberalismo demuestra que, aunque por décadas no contó con personería jurídica, siempre mantuvo su personería histórica, democrática, afectiva, y hoy emerge como una opción real para quienes anhelan forjar una Colombia con justicia social y con una democracia fuerte y libre de clientelismo y corrupción.
Los cerca de un millón de votos obtenidos entre la consulta interpartidista de la coalición Centro Esperanza y las listas de Senado y Cámara, revelan que el pueblo colombiano reconoce en el Nuevo Liberalismo una fuerza política potente, emergente y con la capacidad de transformar la manera de hacer política y de actuar en nuestras instituciones. Hoy, el pueblo sabe que el Nuevo Liberalismo está compuesto por una ciudadanía honesta, enemiga de la corrupción y que nunca se dejará seducir por las mafias, de la compra de votos o del narcotráfico, las cuales, tristemente, siguen siendo muy poderosas en la política colombiana. Pero, las vamos a vencer, pues ha nacido de las entrañas de una sociedad humillada, un partido dispuesto a servirle a los de a pie, y que no busca acomodarse en medio de privilegios políticos y estatales.
Hoy le decimos a todo el pueblo colombiano que hemos renacido por la causa original para que todos puedan vivir en dignidad, para que nos podamos desarrollar social y económicamente de manera justa, para que la voz de los que no tienen voz sea escuchada y para forjar una democracia libre de las cadenas del populismo, del proyecto político del narcotráfico y de las maquinarias electorales que se aprovechan de la pobreza de millones de colombianos para comprar sus votos.
No es tiempo de parar, Colombia nos necesita y por eso no nos detendremos en nuestro esfuerzo por la justicia, la libertad y la dignidad. Nuestras manos y nuestras fuerzas son de la gente, no nos pertenecen. Por eso, en las calles, estaremos de vuelta muy pronto para avanzar de la mano del verdadero guerrero, el digno pueblo colombiano. ¡Por Colombia, siempre adelante, ni un paso atrás y lo que fuere menester, sea!