El pasado 31 de octubre, el país se estremeció al conocer la triste noticia del fallecimiento de uno de los más grandes líderes que tuvo Colombia en los días recientes, un liberal de excelsas calidades, social demócrata, un brillante dirigente, pero sobre todo un ejemplar ser humano.
Fuimos compañeros de trabajo, por supuesto subalternos de Horacio Serpa Uribe cuando fue Ministro del Interior en el gobierno del entonces presidente Ernesto Samper. Esto para manifestar que durante muchos años, antes que militantes de causas progresistas, siempre reconocimos a Horacio Serpa Uribe como un liberal de avanzada, un liberal que promovía una política sensible con los menos favorecidos en Colombia, siempre a favor de ellos.
Fue en la época de los años 77 cuando fue Representante a la Cámara por Barrancabermeja, por el Magdalena Medio, en contra de los cacicazgos regionales que empezó a hablar abiertamente un partido como el Liberal, de los Derechos Humanos, de las garantías ciudadanas que luego plasmó con su firma como uno de los tres presidentes de la Asamblea Nacional Constituyente, junto a Álvaro Gómez y Antonio Navarro. Proclamando una de las mejores constituciones de latinoamérica y del mundo que tenemos que seguir defendiendo los democratas y los que respetamos el Estado Social de Derecho en Colombia.
Siempre lo tacharon, por ser un hombre de avanzada, como ahora se tacha a la gente que habla de democracia, de medio ambiente. Lo trataron de guerrillero, de izquierdista o de comunista, pero confrontó esas nacientes expresiones de la ilegalidad armada de todas las tendencias en el Magdalena Medio.
A Horacio Serpa Uribe lo conocí hace 30 años en diferentes circunstancias, como su militante lo empezamos a respaldar como aspirante a la Asamblea Nacional Constituyente y después en los procesos como candidato presidencial en las tres ocasiones porque siempre fuimos convencidos que era el hombre que Colombia, -la que hoy se sigue desangrando-, necesitaba el país, como en su momento a Luis Carlos Galán Sarmiento.
Otra hubiese sido la historia de nuestro país en estas circunstancias, pero tengo que decir que Horacio Serpa, hizo la carrera desde la base, su primer cargo en la magistratura como juez municipal en Tona, Santander, y luego llegó en una carrera brillante por sus conocimientos profundos a ser Procurador General de la Nación.
En lo público arrancó de concejal de Barrancabermeja hasta llegar en dos ocasiones al Ministerio de Gobierno con Virgilio Barco y luego como Ministro del Interior en el gobierno de Samper. También fue senador de la República y presidente de la corporación.
También debo decir que Horacio Serpa Uribe, era de un temperamento valiente, aguerrido, pero supremamente sencillo, modesto, como pocos y tengo que decir humilde y sobre todo transparente.
En los cargos que ejerció con mucha valentía cuando fue Procurador General de la Nación empezó a denunciar esos sectores armados ilegales en el Magdalena Medio, fue el primero que empezó a hablar en Colombia de los Tisnados, de los Macetos, que luego se convirtieron en los grupos de autodefensas y luego en paramilitares. Pero por supuesto, había blasfemado con ciertos sectores poderosos en Colombia. Por eso, hoy debemos extrañar esos desempeños públicos con dignidad y con valor. Va un sentimiento enorme a su memoria, tenemos que abrazar con cariño a Rosita Moncada de Serpa, a nuestro compañero y colega Horacio José, a Rosita y Sandra, sus hijas, también a sus nietos y demas familiares.
Serpa, también nos dio muestras de adorar a su familia a pesar de las dificultades del desempeño público que sufrió, siempre su familia estuvo adelante y siempre lo acompaño con nosotros con quien lo admiramos tanto en nuestro país. Tenia devoción por su familia, como devoción por la Paz.
Horacio Serpa, también trabajo mucho por la paz de manera real y comprometida, testimonios hay sobre los dialogos en Tlaxcala, México, en Caracas, con las FARC en ese entonces y también con el Ejército de Liberación Nacional nunca ha habido un avance tan importante que él promovió cuando estuvo sentado en la mesa de negociación en Maguncia, Alemania. Lastimosamente a nuestros gobiernos no les gusta construir sobre lo contruido, sobre todo en materia de paz. Llegó el nuevo gobierno y destruyó esa mesa y hoy estamos sufriendo porque no se ha cerrado el dialogo para terminar el círculo de violencia en Colombia con el ELN, ojalá que esa memoria de Horacio Serpa Uribe y todo lo que trabajo por la defensa de los Derechos Humanos, por la transparencia en la política, por la construcción de una sociedd más equitativa y justa, por su compromiso social y progresista sirvan para volver a pensar en una Colombia en paz, esa Colombia en paz que siempre soñó Horacio Serpa dandonos ejemplo a todos los colombianos.
Nuestra voz de duelo a toda su familia. ¡Hasta siempre jefe querido!