HUNDIDA LA REFORMA A LA SALUD

Opinión Por

Una muy buena noticia para los colombianos en medio de tanta desazón que nos acompaña por estos tiempos, el Proyecto de Ley 010 de 2021 por medio del cual se pretendía hacer una Reforma a la Salud, se archiva.

Era un proyecto inconveniente, privilegiaba a los particulares y no a los usuarios del sistema, mercantilizaba la salud, es decir, la volvía un negocio más rentable al que ya tiene y por eso la mayoría del país lo rechazaba, incluso, ese era un punto de exigencia de la protesta social que vive Colombia por estos días.

El liberalismo en sintonía con la gente, acordó votar NO, por inconveniente, por privatizadora, porque privilegia los negocios por encima del derecho fundamental a la salud.

Ese era un proyecto que nació muerto, había sido radicado el pasado 20 de julio por Cambio Radical, luego recibió un espaldarazo del gobierno nacional que mandó mensaje de urgencia para que fuera tramitado, pero por ser un proyecto tan complejo y de gran interés nacional, fue necesario que las Comisiones Séptimas del Congreso abriera espacios de discusión y de análisis con diversos gremios implicados directamente en el trámite de la iniciativa, fue así como se realizaron una serie de audiencias públicas, en ese proceso, prácticamente se les fue el año.

Radicaron la primera ponencia en diciembre, pero sus autores la retiraron en marzo para incluirle nuevos ingredientes, la segunda ponencia se radicó a finales de ese mes. Y se programó su primer debate para el 13 de abril, ese día no se votó porque el jefe de la cartera de salud se ausentó del debate. En la siguiente sesión, el trámite no avanzo porque se presentaron 365 proposiciones. Eso impidió continuar con el debate, hasta tanto una subcomisión se encargará de evaluar dichas proposiciones y días después empezó el Paro Nacional que truncó cualquier posibilidad de debate por la gran presión ciudadana. Como ven, es un proyecto bastante accidentado, no es conveniente para el país y hoy la mayoría de partidos le quitaron su apoyo y ante ese escenario, la suerte estaba echada.

Los colombianos estamos sometidos hoy a la ley 100 de 1993 que convirtió a los usuarios en mercancía, en clientes, los pacientes tienen que tener paciencia y mucha, pues deben esperar de cuatro a seis meses para que los atienda un especialista y a eso estamos condenados hoy, a tener una salud monopolizada, muchas veces envuelta en grandes casos de corrupción como el de Saludcoop, por sólo mencionar uno. Ese proyecto que por fortuna se archiva, nos seguía condenando a eso y a una serie de cosas inapropiadas que en nada favorecen al usuario y sí a unos pocos grandes empresarios y por supuesto a las EPS.

Ese Proyecto de Ley abría un boquete para continuar con la privatización del sistema de salud por la vía de introducir el concepto de prima de seguro, que corresponde a los seguros comerciales y privados. Contemplaba la opción de crear conglomerados empresariales, que en la última ponencia denominaban “matriz”, maquillando el concepto privatizador. En contra de disposiciones de la misma Corte Constitucional, que expresa que, los recursos de la salud son públicos, con destinación específica.

También conllevaba a la liquidación de los hospitales públicos, por la vía de promover fusiones e integración abiertamente, los supeditaba a la sostenibilidad fiscal, que sean rentables, con un subsidio a la oferta, y como si fueran carreteras 4G, una parte la entregaban a alianzas público privadas.

En tercer lugar, traía mecanismos de negación de servicios y tratamientos, en contravía de las disposiciones de la ley estatutaria y la Corte Constitucional, donde el sistema debe prestar todos los servicios, menos los que corresponden a seis exclusiones. Y por sí fuera poco, el proyecto, le entregaba al Ministerio de Hacienda, la decisión de financiar o no los tratamientos. Algo totalmente delicado.

El Proyecto de Ley 010, también arremetía contra la autonomía universitaria, afectando la formación continua de los médicos generales, que las adjudican a las EPS y prestadoras, además de modificar el currículo de medicina familiar en detrimento de la calidad.

Este proyecto, como bien lo aseguró la Dra. Carolina Corcho, experta en estos temas y quien hace parte de la Federación Médica Colombiana, “no mejoraba los problemas de acceso a los servicios de salud, tampoco solucionaba los problemas de deudas dentro del sistema, no mejoraba las condiciones del talento humano en salud y profundizaba el negocio de la salud por medio de unos oligopolios de intermediarios financieros”.

Hay que decir finalmente, que la presión ciudadana, derivada del Paro Nacional, sirvió en gran medida para enviar un contundente mensaje al Gobierno y al Congreso de la República, para que se abstuviera de darle trámite a esa reforma tan nociva para el gremio médico y usuarios del sistema de salud colombiano.

En buena hora, el pueblo empieza a despertar de tanto adormecimiento al que estaba acostumbrado, ese tiene que ser el clamor nacional, salir unido en defensa de los intereses de la gente y buscar el bien común y no el de unos pocos que solo se lucran con un derecho fundamental como es la salud. Aplaudo de pie al pueblo colombiano que se ha levantado reclamando las justas causas sociales.