Los antagonismos: Colombia va en la vía equivocada

Opinión Por

Mientras Francia y Alemania están hablando de un nuevo orden internacional basado en economía versus ecología, fortaleciendo el sector agrícola como una manera de asegurar el alimento para el mundo, Colombia le hace conejo a la paz y a los campesinos.

Los famosos préstamos que anunció el Gobierno Nacional dirigidos en particular a los campesinos, pequeñas y medianas empresas de este sector, fueron todo un fiasco, pues el Ministro de Agricultura se los otorgo a los grandes empresarios latifundistas, dejando una vez más desprotegidos  y en la pobreza absoluta a los minifundistas, y sin poder trabajar su parcela.

Mientras la paz, el fin de la pobreza, la justicia y las instituciones sólidas son parte de los objetivos del desarrollo sostenible, en Colombia el Centro Democrático pretende quitarle a la paz sus recursos aumentando la miseria y la guerra. Por su parte el Gobierno debilita la institucionalidad y las ramas del poder público al no enviar rápidamente en los tiempos que exige la ley, los decretos que emitió con ocasión del Coronavirus para su control político en el Congreso.

Como si fuera poco, algunos alcaldes y gobernadores realizan contratos usureros y fraudulentos para robarse el erario público jugando con la hambruna y las necesidades de los colombianos.

Francia y Alemania hablan de la importancia de que los países se constituyan en bancos de alimentos, y en Colombia que posee tierras fértiles y abundantes no se controla la criminalidad en los campos, pues los territorios más ricos en recursos naturales y la Amazonía se deforestan, a los guardabosques se les amenaza para que abandonen sus empleos, los incendios proliferan al igual que los desplazamientos de los nativos y la guerra es el pan de cada día, poniéndose en evidencia el total abandono del Estado en estas regiones.

El nuevo orden internacional se perfila en la toma de conciencia para luchar contra el recalentamiento de la tierra y en prevenir el cambio climático, como la eliminación de las energías renovables, y con ello el fin del fracking por ejemplo.

Colombia en lugar de estar liderando en la región este  nuevo modelo pues tendría todas las condiciones para hacerlo, retrocede. El Gobierno habla de fracking y tiene todo listo, pues considera que esta técnica de extracción ofrece una gran oportunidad, no solo en términos de seguridad y transición energética, sino también para el crecimiento económico[1]; desconociendo que esta práctica además de producir la aridez del suelo, acaba con los ecosistemas, genera terremotos y toda clase de desastres naturales, como si ya no tuviéramos suficientes con los incendios que producen bandas delincuenciales y algunos poderes oscuros que buscan quedarse con las tierras para la minería ilegal y/o la ganadería.

Así mismo en el país no se cumplen con los controles necesarios para regular el nivel de contaminación y emisión del gas carbónico por parte de las grandes empresas y de los propietarios de vehículos que polucionan,  como tampoco se castigan a los que violan la normatividad.

No existe por su parte, una educación seria para con la comunidad a fin de que aprendan a manejar las basuras y a clasificarlas; pues estas son arrojadas a los caños, ríos y mares contaminándolos y produciendo la muerte de especies que habitan allí.

Es decir, en el país de Macondo en lugar de avanzar se retrocede. La debilidad del Estado es cada vez mayor, los intereses de los distintos grupos se evidencian y se confrontan, a tal punto  que uno colombiano se pregunta, quien es el que finalmente gobierna en Colombia.

¿Qué deberá pasar para que el país avance y los colombianos tomen conciencia de lo fundamental, y entren en la sintonía de los nuevos desafíos que el mundo impone?


[1] Dinero, “¿Qué pasará con el fracking?”, enero 27 2020. https://www.dinero.com/pais/articulo/haran-fracking-en-colombia/280999

Ex-diplomática. Abogada, con una Maestría en Análisis Económicos y en Problemas Políticos de las Relaciones Internacionales Contemporáneas, y una Maestría en Derecho Comunitario de la Unión Europea. Autora del Libro, Justicia transicional: del laberinto a la esperanza.