Ni un paso atrás!

Opinión Por

El Nuevo Liberalismo -NL- fundado por Luis Carlos Galán, fue víctima de una estrategia criminal caracterizada por la masividad y sistematicidad para eliminarlo del escenario político nacional, en la que participaron agentes del estado, narcotraficantes, miembros de la clase política colombiana y las Autodefensas del Magdalena Medio. Una persecución para asesinar a Rodrigo Lara, Guillermo Cano Isaza, Jorge Enrique Pulido Sierra y Luis Carlos Galán, entre otros líderes y atentar contra Alberto Villamizar en Bogotá e Indonesia y Enrique Parejo en Hungría.

La dirigencia del Partido Liberal -a la que pertenecía Alberto Santofimio Botero- engañó a Galán con un supuesto acuerdo para que cancelara la personería jurídica del NL y se reintegrara al partido con el compromiso de participar en la Consulta Popular de 1990 para elegir el candidato presidencial del liberalismo. Luego, cuando Galán se convirtió en el virtual ganador, vieron la necesidad de sacarlo del camino, como lo dijo la Corte Suprema de Justicia en la sentencia No. 31761 del agosto 31 de 2011 en la que ratificó la condena contra Santofimio como coautor del asesinato.

El 20 de agosto de 2014, Héctor Riveros en su condición de director del Instituto de Pensamiento Liberal, en nombre y en representación del Partido Liberal Colombiano, le pidió perdón al país y a la familia Galán Pachón por los hechos que acontecieron en agosto de 1989.

Ni estos argumentos, ni otros tantos soportados probatoriamente fueron suficientes para la Sección Quinta del Consejo de Estado. La sentencia del pasado 16 de mayo que negó el reconocimiento de la personería jurídica del NL, sorpresivamente desconoció no solo el exterminio, sino el contexto histórico en el que Galán canceló la personería jurídica del NL, efectivamente engañado por sus copartidarios que terminaron aliados con criminales para asesinarlo.

Pierde el país una oportunidad más para que una renovada fuerza política ingrese al escenario político, en este momento de decisiones trascendentales sobre la implementación de los Acuerdos de Paz, cuyo espíritu es la apertura de los espacios de participación democrática y política. La tierra y la falta de representación política son las principales causas de la guerra en Colombia.

Está demostrado que el exterminio sistemático del NL continuó más allá del ingreso al oficialismo Liberal. Por eso, sorprende que el Consejo de Estado acuda al argumento de que Galán renunció voluntariamente a la personería para negar su restablecimiento.

La personería es útil e importante pero no podemos esperar más. Agotaremos hasta el último recurso en la búsqueda no de un simple instrumento para la vida jurídica, sino en la construcción de un nuevo movimiento político que recoja las ultrajadas banderas del liberalismo colombiano. «A los hombres se les puede asesinar, pero a las ideas no» #SiempreAdelanteNiUnPasoAtras y lo que fuere menester, sea!

Exsenador de la República. Politólogo del Instituto de Estudios Políticos de París, Magíster en Política Internacional de la escuela de Altos Estudios Internacionales de Francia. Y Magíster en Relaciones Internacionales y Seguridad en la Universidad de Georgetown.