#PoderCreativo

Opinión Por

¡El tal cambio climático sí existe! Esta es una realidad que ya estamos experimentando, y así como lo han expresado la ciencia y todas las culturas de sabiduría ancestral, será de consecuencias desastrozas para las que no estamos preparados.

Hasta el momento lo único que vemos son medidas de mitigación, pero la solución debe ser sistémica, porque se trata de la decisión más importante en la historia de la humanidad: la de la supervivencia. Y para lograrlo los colombianos requerimos del único cambio radical que vale la pena, el de decirle de una vez por todas NO MÁS al modelo económico extractivo de recursos naturales, que es causa y efecto de este desequilibrio.

De modo que es determinante construir una alternativa económica para Colombia, que nos permita hablar de una economía viva, en vez de una economía de la muerte. La buena noticia es que sí hay opciones y son alentadoras y potentes.

En otras ocasiones les hemos hablado de la creatividad como un producto del intelecto humano fácilmente estimulable y sostenible en el tiempo. Ante el irrepetible bono demográfico que vivimos, en el que según cifras del DANE el 52,3% de la población es menor de 30 años, esta resulta una cualidad inigualable ya que toda esa energía vital y de imaginación nos genera una oportunidad única para la transformación económica y cultural de la nación.

Pues bueno, allí radica el primer paso para la consolidación de una economía viva: apostarle con todas las ganas al sector creativo, a la producción de bienes y servicios creativos, cuyo principal insumo en un 80 por ciento es la imaginación y que a la fecha representa el 3,3 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB). Con las políticas adecuadas y siendo conscientes de la oportunidad que representa, podría incrementarse al 4 o 5 por ciento del PIB.

Y a la par con la estimulación de este gran sector, que avanza a pasos agigantados en nuestro país gracias al talento de cientos de jóvenes y emprendedores que encuentran en el arte, la creatividad y la cultura, pero también en las relaciones contemporáneas del arte, la ciencia y la tecnología una forma para ver y contar nuestra realidad de forma diferente; o en la Bioriginalidad (biodiversidad y ancestralidad), la posibilidad de hacer emerger lo que nos hace potencia y de construir un nuevo metarelato, debemos considerar el acceso de la población en general a los circuitos artísticos, culturales y científicos que se desarrollan en ciudades como Bogotá, y que son los que permiten que se evidencie ante la sociedad el poder de cambio que tiene la creatividad y la cultura.

En días recientes ocurrieron en Bogotá diferentes eventos de orden artístico, que convocaron a inversionistas o compradores de arte, artistas y ciudadanos del común. Recorrer el circuito que proponían espacios como Artbo, Barcú, Odeon y la Feria del Millón era un plan que sin duda llamaría la atención y ‘abriría las mentes’ de muchos. Sin embargo, el costo de aceptar esta invitación oscilaba por el orden de los 100 mil pesos, si tenemos en cuenta que la entrada a Artbo costaba 32 mil pesos, la de Barcú 25 mil pesos, la de Odeon 15 mil pesos, la de la Feria del Millón 10 mil pesos; y claro, había que transportarse.

Y esto no es una crítica al costo de las entradas en los eventos mencionados, mucho menos una invitación a que no se cobre la entrada. Esta es una reflexión para que los encargados de generarle calidad de vida a los ciudadanos acepten un nuevo reto: el de brindarles la posibilidad a más personas de que puedan visitar estos espacios para ‘estimularse con el poder de la creatividad’ e incluso habilitar más escenarios de calidad públicos, abiertos y gratuitos.

¿Cómo? Bueno, una disminución en el costo del transporte en ciertas horas del día y un precio menor para quienes claramente no tienen 100 mil pesos en los últimos días del mes para invertir en arte y cultura, podrían ser una opción. Así como estas, podemos imaginar muchas más opciones, pero el punto de inflexion aquí es ¿qué hacemos para poder tener circuitos de exhibición masivos y de alta calidad públicos, abiertos y gratuitos que lleven a la ciudadanía a otro nivel?

Me despido con cifras importantes del sector cultural y creativo que pueden ayudarles a hacerse una idea de cómo este dinamiza fuertemente la economía: En 2016, Artbo vendió 150 mil millones de pesos en arte, y la Feria del Millón 1.300 millones de pesos. Hay mercado para todos, claro que sí, pero también hay una ciudadanía sedienta de nuevas experiencias, de construir escenarios que empoderen de nuevos códigos los imaginarios ¿Qué tal si hacemos del poder creativo la fuente de la transformación ciudadana? ¡Puro poder creativo es lo que necesitamos!.

Comunicador Social, ex-candidato a la Cámara de Representantes por Bogotá, creador del Liberalismo Ambiental, el Liberalismo Creativo y Liberalismo Científico, cofundador de la Plataforma Ciudadana Creatividad para Colombia. www.andresguzman.co