La ciencia en Colombia es una locomotora que nunca se movió, al punto que no pareciera que se hubiera avanzado en el desarrollo científico en la últimas décadas perdiendo el objetivo de la ley 1286 de 2009, dejando la gestión y el desarrollo del conocimiento a la deriva como barco sin timón. Podemos excusarnos diciendo que es un problema administrativo de un director que se soluciona cambiando para hacer más eficiente esa misma administración; y efectivamente el gobierno se ha echado ese cuento varias veces, pero después de 3 gobiernos, 2 presidentes y 9 directores de Colciencias, se puede concluir que es un problema institucional y no del capitán de turno.
Lo cierto es que la batalla de Colciencias está siendo librada por un lado, por las universidades y la comunidad académica que ha entregado a un grupo de sus mejores representantes desde rectores hasta los más relevantes científicos de Colombia, y por el otro lado, por un retazo de muchas fuerzas de la vida política colombiana “solo gente de bien” que se han peleado por la tenencia y control de los recursos provenientes de las regalías que alimenta la ciencia colombiana, y además por el gobierno, que lleno de buenas intenciones pero desde el desconocimiento, trata de administrar algo que sabe que es importante, pero no tiene ni idea que quiere de esta institución y como debe ser dirigida.
De forma resumida es en este oscuro y negro panorama en el que se encuentra encadenada la ciencia de Colombia, mientras el conocimiento esté atado al vaivén de la política y dependa de la coyuntura de Colombia, la ciencia estará confinada al olvido, sometida a los grilletes que la política le imponga y mientras esta sea esclava de la coyuntura, la oscuridad seguirá nublando el futuro, porque sin ciencia e innovación es imposible desarrollar un país.
Por eso la ciencia la tiene que ser emancipada del fuerte y agobiante yugo que ha sido sometida, porque es imposible pensar en desarrollar el conocimiento si la razón no puede ser libre, un científico (investigador) tiene tan interiorizado la Duda Metódica que es imposible que no critique, que no exponga su inconformismo o piense en cómo modificarlos, así en ese proceso se vaya en contra del gobierno o sea contrario lo que dictamine la política y sus reglas; la razón los guía y en el debate, en la duda y en la crítica constante es que nace el conocimiento y se desarrolla la razón, por eso es importante que se le permita a la comunidad científica ser libre.
El gobierno de Colombia se tiene que dejar guiar por la luz de la razón para iluminar nuestro camino y poder solucionar nuestros problemas como sociedad, dejando que la misma comunidad científica pueda elegir el camino que la discusión que el conocimiento les designe, como un proceso de construcción colectiva.
Por eso le pido al Gobierno y al Congreso de Colombia que le den la libertad de pensar a la comunidad científica y le permita a Colombia ser guiada por la razón y el deseo de descubrir la verdad cualquiera que esta sea; pero para lograr este objetivo Colciencias debe ser manejada por los hombres y mujeres cuya vida es el conocimiento y su camino este construido por los designios del debate de ideas, es decir, hay de darle la administración de Colciencias a la academia colombiana y hay que darle la libertad por ley al conocimiento y a la razón.
Debemos modificar la ley 1286 para que conciencias sea un órgano administrativo independiente del gobierno y por ende del vaivén de la política, que sean las Universidades de Colombia, los investigadores de Colombia, que por medio de un órgano colegiado que represente todos las distintos matices de su comunidad académica y científica, elijan a la persona que tendrá la función de gerenciar la institución que encarnar la conciencia del país.
Este órgano colegiado que agrupe a las universidades y científicos de Colombia debe tener la presencia del gobierno, pero no para designar la política científica, sino para ayudarla a construir, de la misma forma que el ministro de hacienda no asiste a la junta directiva del Banco de la República para definir la política monetaria del mismo, sino para ayudarla a armonizarla con las políticas el gobierno y robustecer el accionar del Banco.
Este proceso que debe ser reglamentado adecuadamente y contar un periodo fijo del director de Colciencias, un perfil y requisitos del mismo los cuales desde mi punto de vista deberían incluir que sea doctor graduado, profesor universitario de por lo menos 10 años y haber desempeñado como decano o rector de una universidad pública o privada.
La inestabilidad está ahorcando a Colciencias y si al final esta muere asfixiada por la inestabilidad política, habrá muerto la conciencia y la razón en Colombia, habrá sucumbido ante la tiranía del oscurantismo que la política colombiana ha cernido sobre esta institución.
Por eso debemos darnos la libertad de pensar, la libertad de razonar y de discutir libre y fraternalmente, donde el conocimiento sea el que construya nuestro camino e ilumine nuestro futuro, por eso debemos darle la libertad a la ciencia y empoderar a la academia. Debemos nosotros los ciudadanos, los académicos, los estudiantes, los profesores levantar la consigna de la libertad de razonar hasta que el congreso se digne a escucharnos y le de la libertad por ley a nuestros científicos.