¿Prohibir las semillas transgénicas?

Opinión Por

Actualmente en el congreso de la Republica cursa una ley que, aunque busca proteger el medio ambiente y la agricultura en el fondo es la espada de Damocles o en otras palabras “el camino al infierno esta construido de buenas intenciones”, no dudo de las buenas intenciones del representante a la cámara Juan Carlos Lozada, porque comparto su entusiasmo ambientalista, pero su proyecto de ley pone en riesgo el sector agrícola y al medio ambiente que busca proteger.

Empecemos explicando que es un transgénico, de forma simple es un organismo genéticamente modificado en laboratorios, el cual adquiere ciertos atributos que de forma natural no poseería, por ejemplo, resistencia a condiciones climáticas, resistencia a plagas, mayor productividad (producir más en la misma superficie cultivada) entre otras posibles características.

Aunque el proceso científico de ingeniería genético (método por el cual se crean los transgénicos) es relativamente nuevo (alrededor de 30 a 40 años), la humanidad lleva mejorando los cultivos desde la aparición de la agricultura hace más de 10.000 años por medio de procesos de selección sexual de las plantas (selección artificial o hibridación), ambos métodos milenarios que han permitido la aparición de productos como el trigo, que de forma natural no existiría, pero estos proceso son lentos toman generaciones lograr estas mejoras, la tecnología moderna nos permite acelerar el proceso que tomaría siglos o milenios a unas cuantas décadas de investigación.

Ahora la cuestión o los argumentos que se esbozan de forma falaz para prohibir este desarrollo científico y cerrarle la puerta al desarrollo biotecnológico son a grandes rasgos 3: impactos medio ambientales, impactos sobre la salud e impacto negativo sobre el sector agrícola (este último no se aborda en esta columna por disposición de espacio, se les invita a leer la siguiente).

Empecemos la cuestión medio ambiental, según el proyecto de ley 008 del 2020, dice que la variedad de Maíz transgénico resiste al glifosato e incentiva el uso de este, como un pesticida cancerígeno y altamente nocivo para el medio ambiente. Noten aquí la cuestión, el causante del daño es el glifosato no el maíz, es decir el impacto negativo en términos medio ambientales (y de salud) son los pesticidas y fungicidas como el glifosato no la planta en si misma, en otras palabras, prohibir estas variedades no soluciona el problema porque los agricultores seguirán usando pesticidas altamente contaminantes (y nocivos para la salud) debido a que necesitan seguir controlando las plagas o perderían la cosecha, pero la solución está en la ciencia misma; hay dos soluciones: desarrollar pesticidas menos contaminantes o plantas resistes a las plagas.

Dentro de este se esboza también el argumento que las plagas se vuelven resistentes a los pesticidas por que con el tiempo evolucionan y se adaptan, lo que obliga a usar mas pesticidas y por eso se usan transgénicos resistentes, noten otra vez el problema son los pesticidas, aquí el problema es mas complejo por que es una carrera similar a la que enfrentan los antibióticos, pues los seres vivos evolucionan con el tiempo. Las plantas también son seres vivos y por ende evolucionan, esta es una carrera de adaptación entre el ser humano con su fuente de alimento y las plagas, Los transgénicos no son la solución a las plagas porque aunque sean resistentes a las mismas y permitan usar menos pesticidas en el mediano plazo, con toda seguridad las plagas van evolucionar y adaptarse, son seres vivos y es su naturaleza evolucionar, en esta carrera evolutiva no existe otra salida sino desarrollar mejores pesticidas o plantas resistes sabiendo que con el tiempo las plagas se van a volver adaptar. De esta carrera no hay salida, porque la otra opción es volver a la época sin pesticidas (edad media), y afrontar perdidas de grandes áreas cultivables que con la población actual implicaría una hambruna de proporciones bíblicas.

El segundo gran argumento es el impacto de la salud, eliminando toda la discusión sobre los pesticidas y su uso, porque es el mismo argumento anterior, solo quedan los impactos directos de las plantas, según el proyecto de ley se presenta el ejemplo del Maíz GM[1], que en ratones causó daños en el mediano plazo, pero es un sólo producto y este debe ser prohibido[2]. creo que aquí no hay discusión, pero negar la posibilidad de ese desarrollo que de ser asertivo genera grandes beneficios; que algunos productos transgénicos no sean idóneos y por ellos prohibirlos todos es similar, ha asegurar que una vacuna es ineficaz o genera efectos adversos para la salud entonces se puede concluir que todas las vacunas son ineficaces y peligrosas, y por lo tanto, debemos prohibirlas.

La solución real no es prohibir el desarrollo biotecnológico como plantea el proyecto de ley, sino mejorar el sistema de control de calidad, es decir fortalecer al INVIMA para que pueda realizar las pruebas idóneas sobre estas nuevas semillas y que sólo se puedan comercializar y producir estas variedades una vez tengan esta certificación, es fortalecer al Instituto Nacional de Salud para que pueda desarrollar investigaciones científicas para determinar si hay efectos médicos.

Además, hay variedades de transgénicos como el Arroz dorado que es un tipo de arroz que se modificó para que sea rico en vitamina A asimilable por el ser humano; la cuestión aquí es que el arroz blanco es esencial en la dieta de las familias, en especial de las más pobres por su bajo costo, lamentablemente este producto no es tan nutritivo, por ende, las familias de escaso recursos van estar mal alimentadas en especial carentes de vitamina A, una vitamina esencial para los niños y mujeres gestantes, si estas familias tienen acceso al arroz dorado su nutrición sería mejor y habrían menores índices de desnutrición, por esto en el 2016, 155 premios Nobel de medicina, química, entre otras disciplinas, firmaron una carta para solicitar el impulso de este nuevo cultivo; versión original en ingles https://www.supportprecisionagriculture.org/nobel-laureate-gmo-letter_rjr.html .

Prohibir por vía constitucional toda una rama del desarrollo científico y un producto que desarrollado de forma científica y vigilado de forma seria, tiene la capacidad potencial de incrementar la producción agrícola, incrementar las utilidades de los campesinos y productores agrícolas, así como de reducir la desnutrición de la población más pobre, es una irresponsabilidad que raya con el absurdo. De igual forma el análisis del punto 3 que son los efectos socioeconómicos será abordado en la siguiente columna que los invito a leer en 8 días, por tema de espacio no me puedo extender más.


[1] El articulo científico citado en el proyecto de ley tiene una nota de retractación  link original del articulo obtenido de bases de datos ScineDirect https://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S0278691512005637 el artículo se puede encontrar en la nota 11 de pie de página del informe de ponencia publicado en la gaceta oficial del 18 de agosto edición 19.

La citación del articulo citado es: Seralini G.E et al (2012).  Long term toxicity of a Roundup herbicide and a Roundup-tolerant genetically modified maize. Food chem toxicol. 2012 Nov;50(11):4221-31

[2] Esta afirmación es bajo el supuesto hipotético que la base científica que expone el proyecto de ley sea cierta, lo cual esta entredicho por la nota de retractación.

Economista y Magíster en Economía de la Universidad Externado de Colombia. Fue docente de la Universidad Externado, Ex-analista de deuda del Ministerio de Hacienda. Asesor y consultor en modelación macroeconómica.