Siempre vamos a lamentar el hecho grave de terrorismo perpetrado en Bogotá el pasado 17 de enero por parte del Ejército de Liberación Nacional, el país, los familiares y la institución siempre tendrán un grave y triste recuerdo alrededor de éste hecho.
Pero, en medio del luto y del dolor nacional y de las familias, empieza a parecer reflexiones sobre las circunstancias en que se perpetró este execrable hecho a todas luces de responsabilidad del ELN en un acto absolutamente demencial y de alucinados. Nada justifica ese hecho, no tiene ninguna presentación y no tiene ninguna referencia revolucionaria o política, sin embrago, nosotros tenemos que preguntarnos también ¿qué pasó ese día de los hechos graves mencionados, en qué condiciones de seguridad estaban los estudiantes, los aspirantes a formar parte de la Policía Nacional en la Escuela de Cadetes General Santander?
Por supuesto que era una población vulnerable, desarmada, pero con mayor razón, debieron los organismos de seguridad, la Policía Nacional, el Ministerio de Defensa tener un plan de seguridad, unos estudios motivados por investigaciones y por análisis de seguridad e inteligencia del contexto, del escenario, tanto al interior de la escuela como en los barrios aledaños. Ni siquiera se han puesto de acuerdo las autoridades nacionales y también el inefable Ministro de Defensa, Guillermo Botero, para aclarar estás circunstancias.
Se le viene una demanda muy grande, enorme a la Nación, al Estado colombiano, porque le cabe la responsabilidad, porque aquí hubo una evidente falla del servicio, del Ministerio de Defensa y de los responsables dentro de la Policía Nacional, comenzando por su director nacional el General Óscar Atehortúa, no puede ni el Director de la Policía, ni el Ministro de Defensa, eludir está responsabilidad y creó que en cualquier país del mundo, un hecho grave como ese, pues hubiesen ofrecido la respectiva renuncia. Y plantear esto de ninguna manera debe ser interpretado que queremos con esto disminuir la responsabilidad de los terroristas, todo lo contrario, a mansalva fueron asesinados estos jóvenes y en indefensión prácticamente de ellos y del Estado que tenía que protegerlos a través de las instituciones y los organismos de seguridad.
Entonces, tendremos que reclamar en el Senado de la República en los respectivos debates, plantear los grados de responsabilidad también de la Directora de la Escuela, Juliette Giomar Kure Parra y los órganos o los esquemas de seguridad propios de esta institución, es decir, el señor Director Nacional y el mismo Ministro de Defensa.
Por otro lado, también llama mucho la atención lo que viene ocurriendo con la solicitud de pruebas que la Justicia Especial Para la Paz planteó al Gobierno, a la Cancillería y al Ministerio de Justicia para ser tramitados ante el Gobierno de los Estados Unidos sobre pruebas que involucran supuestamente al exguerrillero, hoy desmovilizado y electo Representante a la Cámara Zeuxis Pausias Hernández Solarte, más conocido como “Jesús Santrich”, parece algo irrisorio, ridículo, pero también absolutamente grave.
Eso de echarle la culpa al cartero, en éste caso a la entidad 472, pues creó que suena a sacar del medio el análisis de responsabilidades, porque un documento de tal importancia tenía que tener seguimiento y solicitud al Gobierno de los Estados Unidos si esta se tardase, primero ver si llegó y segundo su respuesta, pero ni lo uno ni lo otro, me da la impresión que los tres chiflados serían más serios en una circunstancia de estás.
Yo creo que documentos de esa importancia en cualquier entidad, así sea en una alcaldía de sexta categoría, pienso que el alcalde y sus escasos funcionarios estarían más pendientes que una Ministra o que unos Ministros o que un Gobierno y otro Gobierno extranjero.
Por supuesto que la responsabilidad es nuestra, es nacional, pero en un hecho que era de evidencia pública, de interés nacional e internacional y que siempre estuvo en el centro de la atención ciudadana y de la opinión, éste tema de la solicitud de extradición de Santrich, era un tema que lo mencionaban los medios de comunicación de Colombia y de todo el mundo y yo no creo que también se le va a echar la culpa o a la navidad de por medio o al perro que no dejó entregar la carta al cartero.