Ya con la primera semana del 2018 transcurrida y con el panorama claro de lo que fue el agitado 2017 podemos hablar de lo que nos depara en asuntos económicos. Un año que estará truncado por varios hechos que son tan históricos como insólitos en nuestra vida nacional, como son las elecciones legislativas y presidenciales que ya arrancaron campaña, y preparan motores para empezar con todas las revoluciones en los meses venideros. Históricas por ser las primeras elecciones en paz de Colombia en más de 50 años del largo y doloroso conflicto armado que asoló los campos y montañas de nuestro territorio, pero también hechos tan insólitos como ver a las FARC en el capitolio, algo que parecía imposible y más cuando uno ve que van a estar al lado del uribismo sin importar quien gane las elecciones, un hecho que si me lo hubieran dicho hace más de dos años lo hubiera tachado de imposible.
En términos económicos este año que comienza tiene un panorama más alentador y de mejores perspectivas que el 2017, en algo que la mayoría de analistas concuerdan es que el crecimiento de la economía rondara alrededor del 2,5% del PIB, lo cual es una excelente noticia de lograrse materializar, pues con el dato de crecimiento esperado estaríamos dejando atrás el fantasma de la desaceleración económica que nos persiguió los últimos cuatro años, razón por la cual esperaríamos ver en los próximos años un proceso gradual de incremento del crecimiento de la economía que se estima ronda en 3,5% .
Por otro lado la inflación empieza a volver a su rango de objetivo de política impuesto por el Banco de la República, el cual está entre el 2% y el 4%, lo cual es una buena noticia al dar mayor maniobrabilidad al Banco para impulsar la economía si es requerido. El Banco de la República logra esto después de que la inflación tocara su máximo de 6,7% en el 2015 y aunque en el 2017 no se logró cumplir que la inflación se encuentre dentro del rango propuesto, se logró acercarla manteniendola en un 4,09% y es de esperar que este 2018 se pueda cumplir el objetivo inflacionario.
Adicionalmente la gran noticia de comienzo de año fue el precio del petróleo en 60 dólares y con proyecciones de mantenerse estable o de seguir creciendo de forma lenta, noticia que no solo es buena por ser el precio de nuestro principal producto de exportación, sino porque de forma asertiva el año pasado el Ministerio de Hacienda calculó un presupuesto para este año con un precio de barril en 50 dólares y al tener un precio mayor se facilita el cumplimiento de la regla fiscal y la reducción del déficit fiscal.
Pero aunque se inicia 2018 con unas buenas expectativas para la economía colombiana no todo es color de rosa, pues la economía afronta grandes retos este año, uno de ellos es mantener la confianza del mercado en un época electoral donde cada comentario de los candidatos puede afectar la economía según sus probabilidades de victoria, también está el reto de reducir el déficit de cuenta corriente y el déficit fiscal, mantener el dinamismo de la inversión y mejorar o mantener los indicadores del mercado laboral, retos que serán transversales, y que afronta la economía colombiana.
Durante los últimos años de desaceleración económica el gobierno a impulsando la economía asumiendo déficits fiscales mas abultados que fueron necesarios para mantener la economía a flote, dado que si el gobierno santos no lo hubiera impulsado, la economía en esta fase de desaceleración por medio del gasto, hubiera sido mucho más pronunciada, como se observó en varios países de la región. Todo esto fue posible gracias a que Colombia tenía grado de inversión por su buena calificación internacional, y por eso el reto para este año es mantener la calificación de riesgo actual, y de esta forma mantener la capacidad de financiamiento que se posee.
Un gran reto para el actual Gobierno y el entrante será combatir los déficit gemelos (déficit fiscal y déficit en cuenta corriente) de la economía colombiana, por tal razón la tarea que tiene el gobierno es la de reducir el déficit para cumplir la regla fiscal con el objetivo de controlar el nivel de endeudamiento que tiene y poder mantener la calificación de riesgo en grado de inversión al darle certeza al mercado internacional, a lo cual ayuda tener un precio del petróleo favorable aunque se requiere un uso responsable de los recursos adicionales que genera el precio alto del crudo.
De igual forma se requiere controlar el déficit en cuenta corriente de Colombia que a sido especialmente abultado en los últimos años, aunque muestra una tendencia en especial con el nuevo precio del petróleo el cual ayuda a mejorar el déficit pero se requiere un impulso gubernamental a las exportaciones y mayor control a las importaciones sin cerrar los mercados y el comercio con el propósito de buscar un equilibrio o de ser posible un superávit en el comercio exterior de Colombia tarea que depende mas del nuevo gobierno que el saliente.
El otro gran reto económico es lograr que las decisiones de consumo e inversión no se vean pospuestas por la turbulencia que generan las elecciones, pero esto depende por una parte del gobierno, al lograr materializar los grandes proyectos de inversión especialmente en infraestructura que Colombia requiere para mantener el dinamismo y poder alejar el fantasma de la desaceleración, pero también depende de los candidatos, en especial los que están liderando la competencia por la casa de Nariño y del nivel de polarización que generan. Entre más se polarice el ambiente político más riesgoso son las inversiones ante la incertidumbre postelectoral, también depende de las propuestas de los candidatos en especial de los que estén liderando pues estas son tomadas por los empresarios como elementos de análisis para proyectar qué sectores van a ser fortalecidos o castigados y como va a manejar la economía el nuevo gobierno, por eso es lógico que cada propuesta irresponsable desde el punto económico solo genera nerviosismo, posponiendo o modificando las decisiones de consumo e inversión en la economía.
En conclusión la proyección de crecimiento económico es favorable para este 2018 y por ende se puede estar disipando el fantasma de la desaceleración económica que nos a perseguido en los últimos años, aunque esto depende en gran medida de la capacidad de cumplir la regla fiscal, reducir el déficit de cuenta corriente, y mantener las decisiones de consumo e inversiones proyectadas para este año para que la economía tenga un buen desempeño y goce de fuerza este año que empieza.