Cuando uno lee y escucha la avalancha de encuestas que estamos empezando a recibir los colombianos todas las semanas, más allá de entender que ese es el negocio de las empresas encuestadoras, venderle a sus clientes su producto, queda la sensación de que para ser Presidente de Colombia es suficiente con haber ejercido un cargo público o haber tenido una cierta exposición a los medios para aspirar con posibilidades a triunfar en esa contienda.
Hasta ahora en la historia colombiana no ha habido un solo Presidente en Colombia que haya sido elegido por los votantes como una especie de espontáneo de la política; todos han tenido una trayectoria política y administrativa ligada a los partidos políticos y han sido elegidos con el apoyo de los aparatos políticos de los partidos, lo que comúnmente se conoce como la maquinaria política. Repasen la historia reciente y verán que ha sido así. Eso nos lleva a preguntarnos si esa veintena de nombres, realmente tienen alguna opción, o se trata de un ejercicio de distracción política o de alentar los egos coyunturales de ciertos dirigentes?
No parece serio que se pueda elegir un Presidente sin el apoyo de un aparato político –quienes conocen cómo se desarrolla un ejercicio electoral lo sabe bien-. Es decir un grupo político y/o un partido político. Por lo tanto no es realista suponer que se puede hacer caso omiso de los partidos políticos. Y mucho más si recordamos que dos meses antes de la elección presidencial tenemos la elección de Congreso y allí los ciudadanos van a votar por las listas que presenten los partidos políticos; recordemos que las elecciones a corporaciones públicas es el momento en el cual los partidos políticos se revitalizan y en cierta medida una porción importante de votantes vuelven a tener conexión con un movimiento o partido político. Y como señalan más de un analista político, las sociedades no han podido inventarse hasta ahora un mecanismo de representación que pueda sustituir satisfactoriamente a los partidos políticos. Se afirma que los ciudadanos poco creen en los partidos políticos y esto las encuestas buscan indagarlo con una pregunta al respecto, pero lo real en todas las democracias liberales es que los partidos políticos son el mecanismo fundamental de la representación política, con todas sus carencias y debilidades. Por consiguiente, no se puede en términos realistas, no de simulaciones o encuestas, hacer caso omiso del papel de los partidos políticos y especialmente del resultado que los mismos tendrán en las elecciones para el Congreso del 2018. A no ser que creamos que va suceder un cambio completamente radical en el comportamiento electoral colombiano.
A lo anterior habrá que añadirle los temas programáticos claves que vayan a mover el debate electoral. En general los ciudadanos hoy día esperan fundamentalmente mejoramiento en su calidad de vida –la violencia ya no es una preocupación gracias a las políticas de seguridad y a la terminación del conflicto armado con las FARC- y por lo tanto a lo que aspiran es a mejorar sus ingresos, a contar con un sistema de salud que funcione, a que haya más y mejor educación para sus hijos. El tema de lucha contra la corrupción estará en la campaña, pero seguramente todos los candidatos se presentarán como abanderados del mismo.