Un dólar por las nubes

Opinión Por

Como es conocido y fue documentado por los diferentes medios de comunicación tanto especializados en economía y finanzas como la prensa colombiana, la semana pasada el peso colombiano sufrió una fuerte y marcada depreciación de su valor frente al dólar, lo que se tradujo en el dólar más caro que Colombia ha visto.

Y no es para menos, dado que fue la segunda moneda más afectada en el continente después del peso argentino, el peso colombiano ha perdido un poco más del 12% de su valor en lo corrido del año, y la tendencia es que el peso colombiano se siga debilitando frente la moneda norteamericana, en el futuro cercano, aunque a una menor tasa que la registrada en la semana pasada; siempre y cuando no suceda algo extraordinario.

Pero “la devaluación del peso” responde a una suma de factores que vuelven la moneda nacional supremamente vulnerable, factores que van desde la estructura misma de nuestra economía hasta el escenario internacional, pasando por nuestro vecindario, y las posturas del gobierno nacional.

Primero, partamos de la base que el precio del dólar lo fija el mercado y corresponde a la relación entre la oferta y la demanda de las divisas, valor que no controla ni el gobierno ni el Banco de la República, aunque este último sí puede afectarlo de forma indirecta.

Entonces el problema estructural que vuelve vulnerable la economía es el déficit comercial que posee la economía colombiana, lo que se traduce en una presión sostenida hacia el alza del dólar, porque las importaciones se pagan en esta moneda y las divisas recibidas por las exportaciones no alcanzan para pagar todo lo que se importa, pero la historia no termina aquí, porque las exportaciones no son la única forma como la economía obtiene divisas, dado que cualquier operación financiera del exterior hacia Colombia también trae divisas, tales como la inversión extranjera en Colombia, compra de activos financieros en Colombia por parte de extranjeros o préstamos de colombianos con instituciones financieras foráneas, etc. También generan divisas.

Entonces, si las divisas que ingresan por alguno de los canales dichos, compensa la escasez de divisas generada por el déficit comercial, el valor del dólar frente el peso no debería cambiar, el problema es que estas fuentes de divisas dependen de la percepción del riesgo, tanto de Colombia, como del vecindario, de la economía mundial, factores especulativos y las expectativas de los inversionistas. En otras palabras, un déficit comercial no explica la devaluación, pero si la debilidad o volatilidad que una moneda puede tener, y en el caso particular de Colombia el déficit comercial es del 4,2% del PIB, una cifra que no es gigantesca, pero si considerable, y es la razón de porque la moneda es tan volátil cuando hay cambios en los mercados.

En este punto se empieza a crear la mezcla perfecta, la lenta reactivación de la economía colombiana, junto con la percepción de que los precios de las materias primas pueden bajar, desincentivan la inversión en Colombia limitando el flujo de divisas.

Al mismo tiempo, el creciente riesgo en la economía mundial producto de la confrontación comercial entre Estados unidos y China, que se va a traducir en un impacto negativo sobre el crecimiento económico mundial, generando expectativas de menores precios de materias primas, lo que se traduciría en un menor ingreso de divisas para las economías exportadoras de materias primas como la colombiana y junto con el deseo de buscar activos de reserva de valor que en nuestro caso puede ser el dólar, se traducen en un frenesí de demanda por la divisa Norteamericana.

Estos frenesís duran poco y fue lo que se vio la semana pasada, una conjunción de factores especulativos. los inversores ven que el dólar va a subir entonces compran dólares ahora para vender a futuro, junto con una mayor percepción al riesgo que incrementa la demanda de dólares al ser un activo de reserva de valor y al mismo tiempo desincentiva la llegada de dólares al volver menos atractivos los activos colombianos, generando un escenario temporal de mayor demanda que la oferta de dólares y por ende el precio del dólar sube, y el peso colombiano se deprecia, y aunque la gran volatilidad desaparece con el paso de los días, el precio alto queda y la inestabilidad sigue hasta la siguiente coyuntura que afecte la percepción de riesgo.

Este es el trasfondo del alto precio del dólar y la debilidad del peso colombiano en el marco de las demás divisas, y aunque el gobierno no podía evitar este golpe devaluatorio a menos que redujera el déficit fiscal y el déficit comercial, algo que no es posible en el corto plazo y muy difícil en el mediano plazo, si puede dejar de crear incertidumbres e incrementar la percepción de riesgo que el mercado internacional y nacional tiene sobre él, y sobre la economía y la estabilidad política de Colombia.

 

Economista y Magíster en Economía de la Universidad Externado de Colombia. Fue docente de la Universidad Externado, Ex-analista de deuda del Ministerio de Hacienda. Asesor y consultor en modelación macroeconómica.