El Nuevo Liberalismo, el país y gran parte de la comunidad internacional reconocemos y respaldamos a Juan Guaidó como Presidente Interino de Venezuela, el rechazo al dictador Nicolás Maduro es unánime. Las cifras son contundentes, Maduro y su predecesor Hugo Chávez llevaron al país hermano a una inflación de 2.500.000%, según el Fondo Monetario Internacional, obligando a un desplazamiento forzado de más del 7% de su población.
Lo anterior, también generó una emergencia sanitaria por la proliferación de enfermedades como el sarampión -7.300 casos-, difteria -2.000 casos-, malaria -36.000 casos en 2009 a 406.000 en 2017-, tuberculosis -10.000 casos en 2017-, VIH -79.000 personas con el virus sin recibir tratamiento y un aumento del 24 % entre 2010 y 2016. En este último año se presentaron 6.500 nuevos diagnósticos- y, lo más alarmante, la mortalidad infantil en 2016 creció un 30% y la mortalidad materna 65%.
Al respecto, es necesario y conveniente que este tránsito de gobierno Maduro–Guaidó, sea pacífico por el bien de la población venezolana y colombiana. Debemos hacer un llamado inmediato a la conciencia. Colombia sería el primer damnificado en una eventual guerra contra el régimen de Maduro. Es irónico e irracional que varios sectores del país estén pidiendo la paz en Venezuela a través de procesos antidemocráticos, como la confrontación armada o la intervención militar.
Nuestro país es un Estado Social de Derecho y, sin embargo, no parece tener la conciencia de su responsabilidad. La salida en Venezuela debe ser jurídica, por medio del diálogo y en caso tal que se autorice una intervención militar, esta debe ser apoyada por la Organización de las Naciones Unidas a través de su Consejo de Seguridad, como órgano internacional legítimo que hace parte de nuestro bloque de constitucionalidad. Hasta tanto eso no se dé, toda acción armada se debe evitar.
En consecuencia, hacemos un llamado al Gobierno Nacional y a su Canciller, de tal forma que oriente su gestión dentro de los canales diplomáticos –como la investidura lo exige-. No se puede caer en el mismo juego de Nicolás Maduro. Exijamos como ciudadanía un NO rotundo a una intervención militar, la problemática social actual y las más de 8 millones de víctimas del conflicto armado lo pedimos.