No podemos dejarnos llevar por el odio, la venganza y el temor. Algunos sectores de la sociedad colombiana que parecieran beneficiarse de la pugnacidad y el odio, buscan convertir el debate electoral, que debe ser una escogencia de propuestas y candidatos, en un enfrentamiento, incluso violento, acudiendo a sentimientos y pasiones elementales de los seres humanos y por esa vía impedir que elijamos a aquellos que lo merecen, por su trabajo político, sus vocerías de sectores sociales, sus luchas a favor de las mayorías.
Yo quiero invitarlos a que voten, por el que quieran, pero con argumentos y razones, no con pasiones. La razón es buena consejera. Pensemos en la historia de violencia que estamos tratando de superar y no vayamos a dejarnos llevar de nuevo a otra vorágine de odios y muerte. Y claro, los dirigentes políticos también deberían ayudar con su discursos y actitud, aunque para algunos eso no parece estar en su agenda; saben que es más fácil despertar pasiones que buscar análisis. Tampoco podemos permitir que tome fuerza esa práctica delincuencial de pretender comprar los votos, acudiendo en ocasiones a las carencias más grandes de muchos compatriotas, no se puede degradar el comportamiento democrático.
Insisto qué hay razones para votar bien. Les repaso algunos candidatos que yo recomiendo sin ningún problema y dentro de los cuales podemos escoger a quien acompañar. Para el Senado aspiran dos excelentes concejales de Bogotá, Horacio José Serpa del Partido Liberal y Antonio Sanguino de la Alianza Verde, los dos han mostrado en su trabajo que vale la pena acompañarlos con el voto. Pero también tenemos a los representantes a la Cámara Olga Lucia Velasquez del Partido Liberal que ha apoyado en su trabajo en el Congreso la educación pública y a la Universidad Nacional y Víctor Correa del Polo Democrático, quien fue un destacado líder estudiantil de la Mane (Mesa Amplia Nacional Estudiantil) y cumplió un buen papel como Representante a la Cámara.
Pero también sería fundamental que pueda repetir en el Senado Alberto Castilla del Polo Democrático y quien ha sido el primer Senador de las comunidades campesinas y que ha sido allí una voz defensora de este importante sector social, así como merece regresar al Senado Iván Cepeda del Polo Democrático, defensor de Derechos Humanos y luchador incansable por La Paz, como lo ha sido igualmente el Senador Roy Barrerass del Partido de la U. y Alirio Uribe del Polo Democrático a la Cámara de Representantes.
Es también muy importante que líderes estudiantiles como Carlos Monroy de la UIS y candidato a la Cámara por el Partido Liberal en Santander y Caron Rincon lideresa LGBTI y defensora de los derechos humanos que aspira a la Cámara por el Partido Liberal en Santander logrará ser elegida, así como Lena Estrada que aspira a ser elegida por la circunscripción indígena por el Partido MAIS y Francia Márquez esa extraordinaria lideresa de las comunidades afrodescendientes y víctima el conflicto armado, logrará ser elegida a la Cámara de Representantes por la circunscripción de negritudes. Igual sucede con María José Pizarro, víctima de la violencia del conflicto armado y que aspira ser representante a la Cámara de los Decentes por Bogotá, lo logrará y Luz Marina Bernal de las madres de victimas de ‘falsos positivos’ pudiera llegar al Senado por la lista Decente.
Así como el líder indígena del Cauca, Feliciano Valencia que aspira a ocupar una de las curules de los indígenas en Senado, lograra ser elegido. Igual el dirigente de los maestros de FECODE, Senen Niño, que aspira a ser elegido de nuevo Senador del Polo Democrático y llevar la voz de los maestros. O Susana Muhamad líder ambientalista y con una amplia carrera de lucha social que aspira a ser Senadora por la lista de los Decentes.
Un Congreso con miembros como los que hemos mencionado y muchos otros qué hay en las distintas listas permitiría que efectivamente recuperemos la confianza en nuestra democracia y el rol que puedan cumplir las. en función del bien común.
Votemos bien y por la positiva; de ninguna manera orientados por el odio o el deseo de venganza. La convivencia democrática y la equidad deben ser aspiraciones sociales orientadoras.