A principios de este año, el Partido Liberal Colombiano se preparaba para realizar su VIII Convención Nacional, en dónde deben elegirse las directivas nacionales y territoriales.
Según el cronograma, esta convención se realizaría en mayo, sin embargo, todo quedó en suspenso por la crisis generada por el Covid-19, suspenso que fue roto por una carta firmada por un grupo significativo de Senadores y Representantes hace algunos días y por un comunicado de la Dirección Nacional de Juventudes Liberales el pasado 30 de abril.
Ambos sectores en su sapiencia y lógica propia, piden no realizar la Convención y que el expresidente Cesar Gaviria siga ejerciendo la Dirección Nacional, cuyo periodo estatutario de dos años venció el año pasado. Dicha petición no podría tener una interpretación a la luz de los Estatutos del Partido, ni de 2002, ni de 2012, dado que ninguno de ellos contempla escenarios en los que no se pudiera realizar la Convención o se suspendiera por fuerza mayor por tiempo indefinido.
Sin embargo, esta petición es tremendamente egoísta, no por los intereses políticos que puedan tener los peticionarios, sino porque prefieren que una persona mayor como es el expresidente Gaviria salga a exponerse ante medios de comunicación para resolverles su incomodo silencio ante la crisis actual y ofrezca las soluciones que la opinión pública le exige a los líderes políticos de hoy.
¿Han pensado estos senadores, representantes y líderes juveniles en la salud del expresidente Gaviria? ¿Ese es el tamaño de la consideración que le tienen que prefieren que siga trabajando cuando por su edad debería estar en reposo y dedicado a cuidarse no sólo por la pandemia, sino por las afectaciones propias de su edad? ¿No les basta todo lo que ha hecho en estos dos años de arduo trabajo para pedirle que haga más?
A finales de septiembre de 2017, el sufrido Congreso Nacional Liberal eligió por unanimidad al expresidente Gaviria como Director Nacional de la colectividad para que liderase la estrategia electoral de cara a las elecciones presidenciales y de Congreso de la República de marzo de 2018 y las municipales de octubre de 2019 y hoy por hoy, dos años y ocho meses después, se puede decir que el Director Nacional cumplió con su objetivo.
En los resultados electorales para Congreso, el Liberalismo si bien perdió ante el ímpetu de la derecha colombiana enmascarada en el uribismo y en los sectores cristianos, logró mantener 14 curules en el Senado y ser la primera fuerza en la Cámara de Representantes con 35 curules.
En octubre de 2019, el Partido Liberal ganó las elecciones de Concejo Municipal y Asamblea Departamental, quedó en segundo lugar para Ediles, tercero para Alcaldías y ganó con las coaliciones para Gobernación; en total se depositaron en esa ocasión 7.782.060 de votos, sin contar los votos de las coaliciones que se hicieron para Gobernación.
Ambas fueron victorias sin lugar a dudas que deben reconocérsele al Director Nacional, victorias que ratifican que la decisión de 2017 fue la mejor, a pesar de algunas vicisitudes como la consulta liberal de noviembre de 2017, la inacción de las maquinarias respaldando a Humberto de la Calle en las elecciones presidenciales de 2018 y el espaldarazo en la segunda vuelta presidencial al candidato de la derecha uribista.
Señor expresidente Gaviria, estos dos años y medio de gestión han demostrado que su trabajo electoral ha sido acertado, que las decisiones que como Director Nacional Liberal ha tomado, han sido las necesarias en los momentos precisos, reconociéndole por supuesto que como ser humano no existe perfección, por ello, ante esta circunstancia de crisis en la que se debe cuidar de las personas mayores, es necesario que tome un merecido descanso, sabiendo que el fruto de su labor perdurará en el mediano plazo.
Apreciado expresidente Gaviria, es descortés pedirle que haga un esfuerzo adicional al que ya ha hecho, asumiendo la organización de la Convención Liberal, proponiendo soluciones ante la crisis del Covid-19 y apoyar a los concejales, diputados, ediles, alcaldes y gobernadores del Partido que hoy en día están en proceso de formulación de sus planes de desarrollo.
Estimado Señor Director Nacional, considere por su salud y por su cuidado, y por la salud y el cuidado de los suyos, no continuar con esta labor, su legado no se perderá sino que de hecho ya es una fuerza importante al interior de los matices del Partido de la Libertad y el Orden.
No considere la incivil solicitud de sus leales seguidores como señal de inhabilidad, de incompetencia, de incapacidad que sólo alguien con su experiencia puede resolver, por el contrario, considere esa solicitud como un chascarrillo pertinente, como una pequeña crisis de liderazgo en la que quienes dicen ser sus orgullosos sucesores y continuadores de sus ideas deben ser probados; considere esa solicitud para continuar al frente del Partido, como la oportunidad para que el gavirismo no se asemeje al chavismo, el petrismo o el uribismo, movimientos políticos caracterizados por el caudillismo populista, la insana ceguera de sus seguidores y el mesianismo irracional que de puberta manera endiosa a los líderes naturales máximos y se convierta en un movimiento de ideas que no necesita al mesías para existir.
Ojalá, apreciado expresidente César Gaviria Trujillo, decida tomar un merecido descanso, delegando en los senadores y representantes la vocería que se le exige por ser representantes de millones de electores. Descanse, porque tal vez más adelante, se vuelva a necesitar de sus fuerzas, energías y acciones y tal vez por gastarlas ahora, usted no pueda responder satisfactoriamente a ese llamado.