En la columna de la semana anterior me detuve en explicar cómo se cocinó la crisis a consecuencia de la pandemia del COVID, pero no me detuve en explicar la cómo se va a desarrollar la recuperación económica en los siguientes meses o años, y ese es el tema de esta columna.
En la causa de la crisis está también la semilla de la recuperación, y es que esta recesión no tiene nada que ver con el ciclo económico, sino con la acción de los países cuando le pusieron freno de mano a las economías.
Entonces uno supondría que abrir las economías, y levantar o relajar las cuarentenas las reactivaría y sí, pero no recupera el crecimiento, es decir, relajar las cuarentenas ayuda a evitar mayores pérdidas económicas, en otras palabras, que el desempleo siga aumentando y las empresas no se quiebren al recuperar sus ingresos, estas acciones como el famoso día sin IVA evitan que la economía siga en caída libre poniendo un piso a la recesión.
Pero estas medidas carecen de fuerza para recuperar una senda de crecimiento económico en el corto plazo, porque la incertidumbre existe y el riego sobre las inversiones sigue siendo elevado, me explico, la posibilidad de un rebrote de alto impacto es posible y por ende cabe la posibilidad de que los gobiernos se vean otra vez obligados a cerrar las ciudades, este riesgo hace que la mayoría de las inversiones se pospongan, así como ciertas decisiones de consumo.
Por ejemplo, si el rebrote en Beijing China crece y se sale de control el gobierno chino volverá a cerrar, lo que sería otro golpe al comercio exterior y la actividad económica mundial, pero este escenario puede ser latente en Europa o en USA lo que puede significar otro golpe a la economía, y el que sea posible no quiere decir que vaya a suceder, por eso los inversionistas en especial los más adversos al riesgos o que están en sectores que sufren en mayor medida los rigores de las cuarentenas posponen las inversiones para minimizar la probabilidad de perdida de las mismas.
En el caso de Colombia el gobierno tiene las cartas a favor para abrir la economía, primero, el presidente declaró la cuarentena por la presión política desde varios sectores especialmente desde los gobiernos locales de las principales ciudades, presión política que se ha evaporado, porque la población en situación de ingresos que dependen de la actividad económica y sin trabajo estable, no pueden soportar más el cierre de la economía; cualquier persona que tenga que escoger entre el hambre y una posible infección elige la posible infección porque es algo posible mientras que el hambre es real. Pero este escenario político no es inamovible, si la situación se sale de control como pasa en Perú o Brasil es posible que la presión política obligue a otro cierre, ahí radica la incertidumbre actual.
En conclusión, entre más rápido se reabra la economía más rápido esta se recupera siempre y cuando no se tenga que volver a cerrar puesto este segundo golpe será tan duro como el primero. Entonces, qué se puede hacer para recuperar la economía, lo primero es mientras estemos en el ojo del huracán aguantar a que pase lo peor minimizando sus costos e intentar reabrir la economía, siempre y cuando esto no implique un riesgo de rebrote que obligue al cierre.
Desde el punto de vista económico entre menor tiempo dure la recesión más fácil será salir de ella, lo peor que puede pasar es que la caída de la economía se prolongue hasta el otro año (un escenario de rebrote con cuarentena) porque estaríamos ante un posible inicio de una década perdida donde la pobreza y el desempleo se vuelvan una constate que tome muchos años revertir, distinto si la recesión no se prolonga por mas de 2 trimestres algo que permitiría a la economía recuperar su dinamismo para el otro año evitando el peor escenario.
Es aquí la cuestión principal, ¿Cuándo iniciar el plan de rescate que debería estar diseñando el gobierno?, porque está acción no puede ser en medio del ojo del huracán, tiene que ser después para no gastar los cartuchos que se tienen.
Como dijo el decano de la facultad de economía Julián Arévalo de la Universidad Externado, se requiere un Plan Marshall de reactivación, esta política de reactivación debería basarse en la inversión pública, en especial en la generación de infraestructura, obras de alto impacto como el metro de Bogotá, pero no pueden ser solo en la capital pues se requiere reactivar todo el país, es decir se tienen que financiar obras similares en todo el territorio.
Pero con un plan de obras publicas no basta, se requiere una coordinación extraordinaria entre la política fiscal y monetaria que permita tener un escenario de bajas tasas de interés con alta liquidez, que facilite financiar la inversión privada y pública, de igual forma se requiere una reforma tributaria de características quirúrgicas para financiar estos proyectos, pero no se pueden restar mayores ingresos que limiten la inversión y consumo privado, todo un reto tributario, porque de lo contrario la inversión privada no se reactivará y solo la inversión pública no puede jalonar la economía.
Pero la política monetaria no puede estar sola el objetivo de dinamizar a la inversión privada, se requiere que el gobierno se ponga en la tarea de recuperar mercados externos que faciliten el crecimiento de las exportaciones, lo cual puede ser con antiguos socios o nuevos, también enfocarse en una serie de sectores que tengan las características de arrastrar el resto de la economía y tengan alto potencial de crecimiento, para financiarlos y ayudar a desarrollar estas inversiones. Se requiere una coordinación del estado y un plan serio para reactivar la economía, que permita reactivar la inversión y la recuperación de la confianza evaporada.