Carta de esperanza

Opinión Por

Pasan tiempos sin que nos llegue una buena carta. Siempre llegan cartas con malos presagios y cargadas de negros nubarrones. Pero esta vez llegó una carta llena de esperanza. Ya era hora que esto ocurriera y ocurrió. La carta viene firmada por 94 legisladores de los Estados Unidos de América y esta dirigida al secretario de Estado de ese país, Mike Pompeo, pidiéndole encarecidamente que inste a la administración del presidente Iván Duque a tomar medidas claras y determinantes en favor de la Paz, los dirigentes de Derechos Humanos, los dirigentes sociales y  las comunidades afros, indígenas y de género que han venido siendo asesinadas en forma inmisericorde.

En su carta los senadores norteamericanos, desde su inicio, manifiestan su preocupación por la seguridad de los valientes defensores de los Derechos Humanos y líderes sociales que vienen arriesgando su vida para construir una Paz duradera. 

Son categóricos cuando manifiestan que Colombia es ahora el país más peligroso del mundo para los defensores de Derechos Humanos y expresan su preocupación con el asesinato de 400 defensores de los Derechos Humanos desde la firma de los Acuerdos de Paz con las antiguas Farc.

Es critico con la administración Duque cuando se refieren a la lentitud del gobierno nacional en la implementación de los Acuerdos de Paz, su incapacidad de traer y lograr el estado civil de los excombatientes farianos en las zonas de conflicto y su incapacidad para protegerlos. Se refiere a esta situación como una tragedia incontrolada donde grupos armados ilegales aprovechan las graves condiciones creadas por la pandemia para asesinar y el gobierno no responde.

La carta de los senadores estadunidenses es clara en sus exigencias. “Pide mejorar la protección de los Defensores de los Derechos Humanos y de los líderes sociales. Financiar e implementar medidas urgentes de protección colectiva en grupos étnicos y de género. Exige medidas colectivas acordadas con las comunidades afrodescendientes e indígenas. Claman por desmantelar las redes sucesoras de grupos paramilitares involucrados en el narcotráfico, desmantelar los grupos ilegales y sobre todo proteger las comunidades, líderes sociales y excombatientes”.

Exige “responsabilizar rápidamente a los miembros de inteligencia   del Ejercito colombiano, incluso a los más altos oficiales que ordenaron llevar a cabo la vigilancia masiva de 130 periodistas (incluidos reporteros de los EE. UU), defensores de Derechos Humanos, líderes políticos y denunciantes militares”.

Nuevamente claman cuando dicen: “Implementar Vigorosamente los Acuerdos de Paz, compromiso de protección para excombatientes, proyectos productivos para reintegrarse a la vida y honrado compromiso de verdad, justicia, reparación y garantías de no repetición para las víctimas del conflicto”.

Y rematan como en la IX Sinfonía de Beethoven, con toda la fuerza instrumental: “Le instamos, señor secretario Mike Pompeo a asegurarse que todas las agencias de los EE.UU. hablen con una voz clara para condenar estos asesinatos cada vez mayores y presionar a la administración del presidente Duque a tomar medidas necesarias para identificar y enjuiciar a los autores intelectuales de estos crímenes y desmantelar las estructuras criminales que los protegen”.

Volvió el espíritu extraviado del Presidente Abraham Lincoln al Senado de los Estados Unidos, para pedir por los dirigentes de los Derechos Humanos, dirigentes cívicos y excombatientes asesinados impunemente en Colombia y exigir justicia para los criminales.  

Presidente del Comité Permanente de defensa de los DD.HH. Fue Embajador de Colombia en Europa. Trabajó en el Programa de Paz de la Universidad Pedagógica de Colombia, y es un reconocido defensor de Derechos Humanos.