Vamos a hacer algunas reflexiones acerca de qué posibilidades de futuro se vislumbran para el Partido Liberal, uno de los dos, junto con el Partido Conservador, que homogenizaron la política colombiana durante más de un siglo, pero también en un momento en que la identidad partidista está fuertemente debilitada en los colombianos. En la encuesta de afinidades partidistas del Centro Nacional de Consultoría de comienzos de este mes aparece que se considera del Centro Democrático el 12%, de la Colombia Humana el 10%, del Partido Liberal el 9 %, el 8% de Cambio Radical, de Alianza Verde, el Partido de la U y el Partido Conservador sólo el 5% cada uno, pero lo que encuentro más relevante es que el 38% no se consideran de ningún partido o independiente. Esto nos refuerza esa hipótesis que cada vez menos colombianos se consideran con alguna afinidad partidista definida.
Estamos lejos, entonces de los momentos en que el ‘trapo rojo’ o el ‘trapo azul’ llevaba a los colombianos, a enfrentarse, incluso violentamente. Pero sin entrar en esas añoranzas del pasado, lo interesante es qué posibilidades tiene el Partido Liberal, un partido que hace cerca de tres decenios se afilió a la Socialdemocracia –que nadie se engañe pensando que es un partido de izquierda, sino un típico partido de centro- y que podría jugar un rol importante desde su posición actual.
El Foro Programático organizado previo a la Convención del Partido, por los temas y conferencistas habla bien de la búsqueda de posicionamientos propios de un partido de centro; temas como el ‘el liberalismo en el nuevo mundo’ desarrollados en sendas conferencias por los rectores universitarios Juan Carlos Henao y Alejandro Gaviria, ‘la relación del ser humano con su entorno’ por la exministra francesa Segolene Royal, o la conferencia ‘el ingreso mínimo vital’ desarrollada por la exministra española María Luisa Carcedo, para sólo mencionar algunos, habla bien de la búsqueda de unos posicionamientos conceptuales y temáticos de un moderno partido de centro.
Otro tema, distinto pero relacionado, es el de la mecánica partidista. Independiente de a quién terminen eligiendo como director del partido –todo indicaría que re-elegirá al ex presidente César Gaviria-, ojalá se tengan en cuenta las sugerencias realizadas por algunos congresistas de concebir esta Convención, como una de transición por la forma –la pandemia y las condiciones de virtualidad- y por el fondo –que se debería dar el tránsito hacia una nueva dirección partidista que reflejen las nuevas dirigencias del partido y con nuevos y renovados posicionamientos político-ideológicos-. Es probable que el ex presidente Gaviria con su experiencia política sea la persona que entienda la necesidad de esta transformación y pueda liderarla –quizá acudiendo igualmente al apoyo o consejo de otros destacados dirigentes de ese partido, que asistan o no a esta Convención-.
Porque considero que la democracia colombiana requiere de organizaciones partidarias fuertes y creíbles, ya no para retornar la hegemonías del pasado, sino para que existan canales estables de representación política. Ojalá igualmente se fortalezca el Partido Conservador y el Partido Centro Democrático en la derecha política, Cambio Radical y el Partido de la U en esa centro-derecha que expresan y en la izquierda política, partidos como Alianza Verde, el Polo Democrático Alternativo, el Partido de las FARC y Colombia Humana si decide conformarse como partido. Para solo mencionar algunos de los más destacados. Porque las diversas formas de expresión política de la sociedad necesitan expresarse y canalizar sus demandas e intereses de manera organizada y lo harán a través de los partidos más afines, en la medida en que éstos sean vistos como canales serios de representación y defensa de sus intereses.