Después de más de un año de vivir bajo la angustia y la zozobra del Covid 19, llegó a nuestra nación la vacuna contra tan grave y devastadora pandemia. En amplios sectores de población su llegada generó vientos de esperanza, confiados en que por este camino de la vacunación podamos dejar atrás tanta muerte y dolor.
Debemos reconocerlo: Las opiniones en el campo científico están divididas. Hay sectores muy importantes de los investigadores quienes consideran que la protección que brinda la vacuna es bastante limitada y los riesgos de la misma, como efectos colaterales o secundarios debe ser tenidos muy en cuenta, con la obligación de hacer un seguimiento puntual a la población vacunada.
Entre estos conceptos sobresale el que brindó el profesor Elkin Patarroyo, en una interesante entrevista concedida a una periodista española. Conozco al profesor desde hace muchos años y guardo especial admiración y cariño por él y su familia. Tengo en mi memoria un recuerdo nítido y claro de su padre, quien orientó de manera muy sabia los esfuerzos de sus hijos e hijas, por los caminos de la investigación y del saber humano. Juntos llegamos a la emblemática Facultad de Medicina de la Universidad Nacional de Colombia, quizás yo uno o dos años adelante de él, siempre admiré su inteligencia y la forma segura como emprendía sus esperanzadores desafíos investigativos.
Después lo vi comenzar el arduo camino de los laboratorios tras la esperanza de lograr la ansiada vacuna contra el paludismo, que tantas vidas sega diariamente en los países del África, Asia y América latina. Hizo avances significativos en este campo que fueron reconocidos por la comunidad científica mundial. Se que persiste en este árido camino de la investigación de vacunas sintéticas y estoy convencido que más adelante va a dar muy buenas noticias al mundo esperadas desde hace un buen tiempo.
No sé cuáles han sido las razones del actual gobierno para no llamarlo a brindar su asesoramiento en un campo que conoce bastante bien, como es el de las vacunas. Espero que no sea por su clara posición frente a las transnacionales farmacéuticas, a quienes en varias oportunidades les ha dicho, en términos muy precisos, que los resultados de su investigación sobre vacunación contra el paludismo, solo se la entregará a la ONU y a la OMS, para que sean ellas, y no intereses privados que vayan hacer de estos esfuerzos científicos, negocios partículas.
En todo caso ya en el día de hoy comenzó la vacunación en territorio nacional con más show mediático que verdadera eficacia en el alcance poblacional de las vacunas. Este show promocionado por el presidente Duque, ha sido mal visto. La opinión publica entiende que se le quiere dar un valor politiquero a las vacunas, cuando todos sabemos que es una obligación constitucional que concede derecho toda la población colombiana.
La verdadera realidad es que la vacuna, hasta ahora, es el camino más claro para que toda la humanidad pueda dejar atrás esta preocupante situación a que nos hemos visto sometidos. Los tiempos venideros nos dirán que tan cierto estábamos en este pronóstico.