El espectro político ideológico actual del país, está marcado por la consolidación de tres sectores, claramente definidos, la derecha, la izquierda y el centro, estando estos dos últimos, signados por la participación de líderes que representan la históricamente ideología liberal colombiana; marcada por la defensa de los derechos de los campesinos que en su momento hiciera Rafael Uribe Uribe, la defensa de la paz que en actitud valiente realizó general Benjamín Herrera, el reconocimiento de derechos laborales y la propuesta de reforma agraria de López Pumarejo, tarea que por intentar revivirla le costó la vida a Gaitán y la audacia de pactar con nuevas fuerzas políticas venidas de la insurgencia y con sectores conservadores, una constitución que reconociera derechos fundamentales y acercase al país al siglo 21, en la que indudablemente las fuerzas que representaba Cesar Gaviria Trujillo fueron protagonistas.
Y aunque es un gran hito que las ideas liberales estén presentes en la mayoría de los conglomerados ideológico electorales que en dos meses empezarán a disputarse las candidaturas presidenciales en consultas populares, el dilema que el Partido Liberal Colombiano no esté en ninguno de esos, representa un grave retroceso.
La historia del Partido demuestra el compromiso con el futuro que sus bases han tenido, futuro que en 2022 parece que no está en capacidad de asumir.
No puede hoy el Liberalismo, especialmente la institucionalidad del mismo, convertirse en espectador pasivo de la realidad, en momentos en donde el país se apresta a definir nuevos rumbos, y menos puede ser su estrategia simplemente confiar en que cacicazgos den una suma de votos a nivel local que permita luego negociar espacios de poder a nivel nacional en un futuro gobierno, incluso cayendo en el despropósito de creer que es igual pactar con un viejo establecimiento caduco, que con nuevas fuerzas que se identifican más con nuestros 174 años de luchas.
Las ideas liberales hoy están más vigentes que nunca, prueba de ello es que quien encabeza las encuestas presidenciales de intención de voto, las empuña.
Hoy Colombia se adentra en un nuevo siglo con esperanzas, pero también con inmensos retos.
Las masacres se han convertido peligrosamente en asunto de todos los días y se sigue expulsando a nuestra gente de su propio terruño, por una guerra que el Gobierno Nacional no entiende y no sabe parar y que los Gobierno locales no saben cómo manejar, ni atender. El Departamento Nacional de Planeación nos recuerda que más de 21 millones de compatriotas viven con menos de 10.000 pesos diarios, la inflación amenaza con comerse, de manera literal, los aumentos salariales, el entramado de corrupción y clientelismo llega a niveles oprobiosamente altos.
Sobre esta realidad debería estar centrado el debate de hoy en el país y el Partido Liberal y su Dirección Nacional, debería estar proponiendo salidas.
Que en medio de esta endémica crisis social, económica, cultural que tenemos, Colombia está pensando liberal, con esperanza, pero sobre todo con un marcado carácter histórico, es el escenario que nos indica que debemos ser nosotros, tanto los liberales de base, como las directivas nacionales, especialmente el Expresidente César Gaviria Trujillo, los protagonistas del debate político proponiendo las reformas aplazadas por tanto tiempo y que buscan construir un país más equitativo, seguro, justo y próspero, como el que alcanzamos a acariciar, cuando hace menos de 4 años el Estado colombiano estuvo gobernado por un Presidente avalado por el Partido Liberal Colombiano, que tuvo la audacia de pactar la paz con la guerrilla comunista activa más vieja del mundo.
Con virtudes y defectos, hoy se ha formado una coalición llamada Pacto Histórico, donde diversos ciudadanos y ciudadanas han postulado sus nombres para aspirar a la Presidencia de la República, ciudadanías que hoy se parecen más al nuevo país y a sus esperanzas, que a los viejos tecnócratas y burócratas de varios gobiernos que intentan formar otras fuerzas.
Esta suma de la diversidad del país se ha puesto al escrutinio nacional, buscando la candidatura de esa coalición, y es evidente que se conectan con la gente, al representar la indignación de los ciudadanos frente al mal manejo de un establecimiento que tiene poco que mostrar, un establecimiento más preocupado por mantener privilegios que por resolver los problemas del país.
La receta que el Pacto le ofrece al país, tiene asiento en las ideas liberales, por lo que no es extraño que una persona del talante y liderazgo del senador Luis Fernando Velasco esté representándolas, llevándolas a la plaza pública, recordándonos que lo que hoy necesita Colombia es más democracia y más liberalismo.
Expresidente Gaviria, se acerca la hora de tomar decisiones y una de ellas, definitivamente será participar de las consultas presidenciales de marzo.
Es hora, Señor Director que el partido consulte rápidamente con sus bases y presente candidato oficialmente en la consulta del Pacto Histórico, respaldando, en lo posible al senador Velasco, quien ha demostrado que sabrá defender las ideas liberales que hoy son inderrotables, y con trayectoria y realizaciones, enfrentará a los candidatos y candidatas del Pacto, dentro de los cuales está el que puntea en las encuestas de intención de voto.
Pero la idea no solo es asignar avales, por asignarlos, sino aprovechar la oportunidad y buscar el consenso, como siempre lo ha realizado el Partido de las Libertades y la Democracia partidista interna.
La meta es lograr escuchar nombres de otros copartidarios que puedan llevar nuestras banderas en marzo, si el sentimiento liberal cree que existe otro y que sea nuestra base quien lo defina, con una encuesta nacional o una convención extraordinaria.
Señor Expresidente, sea audaz, como cuando en 1991, en medio de la peor crisis de seguridad, de violencia que vivía el país, iniciada en 1989 cuando el terrorismo acabó con la vida de Luis Carlos Galán, cuando hasta a usted mismo casi lo matan en el horrible atentado contra el avión de Avianca el 27 de noviembre de ese año; logra sacar un pacto constitucional contra todo pronóstico, oyendo la voz del pueblo irredento.
Estamos en una crisis similar a la de 1990. El país espera que el partido que supo escuchar su clamor en una de las peores crisis recientes, retome el liderazgo que lo caracteriza y pacte con las fuerzas sociales que legítimamente representan el cambio y no como partidos sin grandeza, sin historia, sin liderazgos.
Señor Director, tome la decisión. Pacte con la Colombia olvidada por el establecimiento.