PRIORIDADES DEL GOBIERNO SANTOS EN ÚLTIMO AÑO

Opinión Por

El Gobierno del Presidente Santos va a entrar en la recta final; prácticamente le resta el último año del mandato para el cual fue elegido por sus votantes. Por lo tanto, debería ajustar sus fichas y estrategias para lograr rematar sus prioridades de campaña y de gobierno y dejar funcionando los campos fundamentales: la paz, la seguridad, la economía y la política social. Para ello hacer reajustes en el equipo de sus colaboradores, especialmente del gabinete ministerial, es una herramienta de que dispone para contar con ejecutores comprometidos de las políticas y para ajustar la coalición de gobierno en el Congreso. Tiene a su favor que a estas alturas no parece  trasnocharle las encuestas de opinión, tan díscolas y casquivanas ellas.

No hay  duda que su prioridad fue terminar el conflicto armado con las guerrillas, especialmente las FARC, lo que comúnmente se conoce como la Paz, en este campo ya coronó parcialmente los resultados, pero debe aplicarse en este último tramo en avanzar en la implementación de los Acuerdos. Terminar la implementación legislativa de los acuerdos en lo relativo a la Justicia Especial para la Paz, el desarrollo rural integral y la reforma política. Empujar el inicio de la implementación de los programas de sustitución de cultivos de uso ilícito y los programas de desarrollo rural con enfoque territorial (PDET) que están orientados a beneficiar a los territorios donde el conflicto armado fue más intenso; ponerle el acelerador al diseño y ejecución de los programas de reincorporación de los miembros de las FARC en la vida civil, en lo económico, lo social y lo político. Adicionalmente orientar a sus negociadores en Quito para  que las conversaciones con el ELN comiencen a producir acuerdos, especialmente en el campo del cese bilateral del fuego y de hostilidades.

En el campo de la seguridad, debería ajustarse y priorizarse la política de presencia y control de los territorios donde el conflicto armado fue más intenso, por parte de Policía Nacional, pero con el apoyo de Fuerzas Militares, como punta de lanza de una estrategia de construcción de Estado en esos territorios, de tal manera que a corto plazo haya jueces, inspectores de policía, maestros con escuelas, médicos con puestos de salud. Al tiempo debe ajustarse las políticas de neutralización a los grupos armados que se mantienen en actividades criminales y para ello es fundamental una tarea de inteligencia policial y militar y fuerzas policiales y militares especializadas para golpear fenómenos de crimen organizado.

En el campo de la estabilidad macroeconómica, no hay duda que este es un tema que tiene alta dependencia del contexto internacional y sus ciclos, pero una adecuada coordinación con la Junta del Banco de la República y de estímulo a ciertos sectores puede contribuir al manejo estable que ha venido teniendo.

La política social debería ser prioridad en este período. Fortalecer el apoyo a la educación, especialmente la pública, más allá de programas de impacto transitorio pero poco efectivos en el mediano plazo; el apoyo y fortalecimiento a la labor del ministro de salud para tratar de sanear y mejorar el sector, uno de los más críticos.

Finalmente una serie de medidas, no de anuncios, junto con los entes de control y fiscalización, contra la corrupción, una práctica expandida que tiene fatigados a los colombianos.

 

Doctor en Ciencias Políticas, de la Universite Catholique De Louvain, y Magister en Política Social de la Universidad Externado de Colombia. Es autor de múltiples investigaciones y actualmente Profesor asociado de la Universidad Nacional.