El éxito del proceso de Paz depende de que se cumplan los compromisos del Acuerdo. De que los cumplan las dos partes, no solo una de ellas. Por eso la estrategia de quienes han ligado su futuro político al fracaso del proceso es doble: de una parte tratar de demostrar que las Farc están incumpliendo lo pactado, pero al mismo tiempo poner todos las trabas para impedir que el Estado cumpla su parte.
El debate público de esta semana sobre los bienes que van a entregar las Farc es el ejemplo más reciente de esa doble moral, que ya se había manifestado en otros casos como la desmovilización a las zonas veredales o la entrega de las armas y las caletas.
Respecto de los bienes, es inaplazable la obligación de los antiguos guerrilleros de entregarlos para la reparación de las víctimas. Tiene toda la razón el Fiscal cuando exige el inventario completo de los bienes y anuncia que perseguirá y aplicará la extinción de dominio a aquellos que no sean entregados. Sin embargo, el alboroto que se armó con su carta es un caso típico de la “no reciprocidad lógica” que Estanislao Zuleta decía que era una doble falsificación: “no sólo irrespetamos al otro, sino también a nosotros mismos, puesto que nos negamos a pensar efectivamente el proceso que estamos viviendo.”
Primero por la caricatura que los políticos de la derecha quisieron hacer del inventario al quedarse en lo anecdótico de los trapeadores y estopas y afirmar con mentiras, por ejemplo, que solo entregaban 130 vacas. La verdad es que los bienes que van a entregar valen casi un billón de pesos. No se si sea todo su patrimonio, -la Fiscalía lo debe investigar- pero si es una cantidad enorme de plata, y mucho más comparada con lo poco o nada que entregaron los paramilitares cuando su supuesta desmovilización.
¿Acaso es mejor lo que se hizo con los jefes paramilitares y asesinos como Popeye: que paguen unos cuantos años de cárcel y después salgan a gozar de sus fortunas mal habidas sin entregar nada para resarcir a sus víctimas?
Lo que es una ley del embudo inaceptable es que quienes más se rasgan las vestiduras por los supuestos incumplimientos de la Farc, y especulan sin pruebas que dejaron armas escondidas o que tienen más plata en paraísos fiscales, son los mismos que se opusieron al fast track para la implementación del Acuerdo, son los que demoraron la aprobación de la amnistía, son los que rechazan la Justicia Especial, son los que le ponen zancadilla a la Reforma Política.
Los que exigen a los antiguos guerrilleros el cumplimiento a la letra de todos los Acuerdos y no aceptan ni unas semanas de demora en el cronograma, son los mismos que quieren hacer trizas el Acuerdo de Paz, es decir incumplir de manera definitiva los compromisos que asumió el Estado. ¿Con qué derecho se atreven a exigirle a los guerrilleros desmovilizados que cumplan su parte del Acuerdo si ellos quieren ponerle conejo?
* * *
COLETILLA: Hasta ahora el más grave incumplimiento del Estado es el no garantizar la vida de los desmovilizados ni de los lideres sociales. Este año han sido asesinados 23 exguerrilleros de las Farc o sus familiares y 135 líderes de derechos humanos, y es un incumplimiento que ya no es reparable. Sería deseable que el Fiscal denunciara e investigara estos delitos con la misma diligencia y prontitud con que alerta al país sobre los incumplimientos de la guerrilla.