¡Increíble! A la Jurisdicción Especial para la Paz le están dando “como a violín prestado”. Ahora todo es malo, todo es inconveniente, cualquier cosa relacionada con el Acuerdo suscrito por el gobierno del presidente Santos con las Farc para alcanzar la paz, resulta bochornosa, inadmisible, corrompida. Es injusto, porque se trata es poner fin a una guerra de 50 años, que produjo 250.000 muertos, con mutilados, secuestros, robos, destrozos, miseria y 6 millones de desplazados.
A muchos se les olvidó. Recuerdo el pánico que se produjo en Bogotá cuando la toma de La Calera por las Farc. Al lado de mis paisanos, en el Magdalena Medio, sufrimos las desgracias y los sustos que produjeron los grupos guerrilleros y los paramilitares. En el país durante años no hubo sosiego, sobre la cabeza de los empresarios se bamboleaba la espada del secuestro, no se podían utilizar las carreteras, las fincas estaban abandonadas, solo crecía el empleo para guardaespaldas y la industria de los blindados, y los campesinos pobres se hacinaban en los lugares más inhóspitos de las ciudades creando cinturones de miseria. ¡Fue el horror! Y el dinero del Estado, en cambio de generar equidad y crecimiento, se gastó en máquinas de guerra, municiones y armas.
Otras situaciones terribles, se olvidaron. Los que reclamaban paz, los que buscaron hacer la paz, los que padecieron situaciones de guerra y fueron víctimas de tan cruel violencia, se niegan a permitir que Colombia viva en paz. Parece cosa de locos. En vez de celebrar, maldecimos. No tiene lógica, no se entiende. Les parece de poca monta que un montón de gente alzada en armas contra el sistema político del cual esas personas forman parte, hayan abandonado la violencia y entregado las armas.
Hay que recordar al País que las Farc no fueron derrotadas en la guerra, ni que se entregaron al gobierno. Las Farc negociaron con el país, representado en sus autoridades legítimas, un Acuerdo de paz.
El Acuerdo fue firmado en el Teatro Colón, aprobado por el Congreso Nacional y reconocido por la Corte Constitucional. Ya se aprobó en el Congreso la Jurisdicción Especial para la Paz y ahora se discute en el Senado una Ley llamada Estatutaria para reglamentar esta clase de Justicia, para que no haya impunidad, como pasó siempre. De eso se trata, para que opere el Acuerdo. Si esta Ley no se aprueba, se pierde el notable esfuerzo realizado.
Otro aspecto para recordar: las Farc, están cumpliendo. Cumplió el cese al fuego, cumplió la entrega de las armas, cumplió desmovilizándose, cumplió volviéndose un partido político. ¿Los que hemos estado al otro lado de la guerra guerrillera, vamos a incumplir? ¿Seremos nosotros los desleales, los tránsfugas, los traidores?
¿Será que de verdad somos una sociedad esquizofrénica? Así como vamos la herencia para las nuevas y futuras generaciones será la guerra. Y el incumplimiento de la palabra, y la ausencia de valores éticos y el caos que vivimos continuamente.
No hay que escuchar los chismes, los rumores ni las noticias falsas. ¡Toca defender la paz!