El tiempo corre muy rápido.
No hace poco formulaba los retos de las Juventudes Liberales de Colombia ¡cuando ya los mismos se cumplieron!
El primero, la reacomodación, se dio la semana pasada con el reconocimiento de los Estatutos de la Organización, el nombramiento de la Dirección Nacional de Juventudes y la convocatoria dos días después del Comité Político Nacional de Juventudes, que sesionó el pasado viernes 2 de febrero; y la reafirmación, se ha dado de a poco por parte del esfuerzo de la Dirección Política de la campaña de Humberto de la Calle, dónde el Representante Jack Houssni ha tenido un papel destacado, ya que ha entendido que a la militancia juvenil del Partido Liberal no se le puede excluir de la campaña de su propio candidato presidencial. Punto para el Repre.
Ahora bien, y en la misma línea prospectiva de la columna del 11 de enero, enunciaré dos desafíos que tiene la nueva Dirección Nacional de Juventudes Liberales, incluyendo a las coordinaciones de Paz y de Estudiantes, que hasta el día viernes 2 de febrero, fueron las que el suscrito ostentaba, la primera en propiedad y la segunda por encargo luego de la renuncia del titular.
El primero, es tratar de aumentar su legitimidad, no su legalidad, que ya quedó establecida en la Resolución que reconoció los estatutos de la Organización Nacional e Juventudes Liberales.
Tanto la Dirección Nacional, como la Secretaría General, y las demás dignidades nacionales, tendrán que convivir los próximos dos años con el signo de ser “el que dijo Gaviria”, y tratar de no imponer su voluntad y sus decisiones, sino de siempre consensuarlas con los miembros del Comité Político Nacional de Juventudes que a su vez, tendrán que hablar con los Asambleístas Territoriales de Juventud para tratar de articular de la mejor manera posible, sin imposiciones reitero, los programas y proyectos que sin lugar a dudas fueron aprobados y que pronto serán públicos. Espero.
Por su parte las subsecretarías y las coordinaciones nacionales, sectoriales y orgánicas, a quienes algunos señalarán de ser allegados a los que dijo Gaviria, necesitarán tener disciplina, constancia y sobre todo paciencia para poder trabajar de manera eficaz y no dejar caer en el olvido de las tragedias cotidianas sus cargos.
Por ejemplo, la subsecretaria de comunicación tiene una gran tarea y es la de articular a todas las cuentas de twitter y las fan page de Facebook de las Asambleas Territoriales y de los Consejos Municipales de Juventudes Liberales, a ver si por fin tenemos una red de cuentas que al momento de alguna twiteraton o de envío masivo, de mensajes, pueden responder de manera medianamente decente.
Otra labor no menos importante es la de la Coordinación para jóvenes electos, que tiene que moverse en todos los directorios departamentales para asegurar que los jóvenes postulantes a cargos públicos en 2019, primero tengan el aval respectivo, segundo, tengan los recursos para hacer su campaña, tercero tengan las herramientas suficientes para hacer una campaña efectiva y cuarto, no dejarse apabullar por las directivas nacionales que querrán apropiarse de esa labor. Manuel, David, tienen un gran trabajo por delante.
El segundo desafío, es el de la continuidad en los proyectos que venían de la Dirección anterior, especialmente en las únicas tres Coordinaciones Nacionales que funcionaron: la de Asuntos de Paz en cabeza del suscrito, la de Educación, liderada por Nicolás Rojas Pardo quien renunció en diciembre de 2017 y la de Género que tenía funciones de asuntos internacionales, en cabeza de María Cristina Cifuentes, actual Vicepresidente mundial de la IUSY, pronta a entregar su cargo en el Congreso de dicha asociación a realizarse este mes.
Y es que para darle continuidad, sólo basta con que se abandone el complejo de Adán y se solicite un proceso de empalme.
Todavía me sorprende que el día de hoy, no se conozcan la totalidad de los nombres de los Coordinadores Nacionales, especialmente de estos tres cargos y lo que es peor, que no le digan, como no lo hicieron con Ana Milena Pereira, quien me reemplazará en la Coordinación para asuntos de Paz, el nombre del actual coordinador para al menos que el saliente felicite al entrante.
Un simple empalme para saber en qué estado se encuentran los proyectos sobre participación política de los jóvenes en la construcción de la política pública de paz, los colectivos estudiantiles liberales, que son ocho actualmente activos, todos en Bogotá y quienes gozan de autonomía e independencia plena y las relaciones con otras organizaciones políticas en el continente y en el mundo.
Tal vez, el mayor desafío sea la realización de un sucinto empalme para no perder los esfuerzos de la anterior Dirección, especialmente en cuanto a la militancia juvenil estudiantil y por fin, decir que somos una sola organización, cohesionada, articulada y planificada.