Se llevó a cabo en Bogotá “El Seminario Nacional por la Unidad – Hacia una convergencia social y política por un nuevo país-“ los días viernes 17 y sábado 18 de marzo, en el auditorio consultorio jurídico de la Universidad Autónoma, convocado por los sectores sociales más activos de nuestras comunidades y por los movimientos de izquierda que le están apostando a una salida verdaderamente democrática a las graves y profundas contradicciones que presenta en los actuales momentos la sociedad colombiana.
Su nota de presentación fue muy clara: “Asistimos a un momento que requiere un salto cualitativo en los esfuerzos, que desde diferentes espacios y procesos, se vienen realizando desde tiempo atrás, en la perspectiva de articular y coordinar los acumulados que posibiliten el cambio en la correlación de fuerzas, en las luchas que se dan desde el conjunto del movimiento sindical, social y popular, de las expresiones políticas de izquierda e iniciativa por la construcción del país en Paz con justicia social y vida digna”. En sus objetivos se plantea partir de lo municipal y regional para enraizarse en lo nacional como producto de la suma de múltiples y creativos esfuerzos en los que concluyen movimiento, partidos y coyunturas.
Es la gestación de una nueva visión democrática que surge y se expresa cuando la sociedad está alejándose aceleradamente de las opciones armadas como forma de lucha política. Se trata de una nueva Visión expresándose en procura de asumir sus propias vanguardias sociales, como nuevas opciones políticas, luchas en las que construyen y consolidan sus verdaderos y genuinos representantes.
El Seminario contó con la participación activa de las siguientes organizaciones sociales: El Frente Amplio por la Paz, Clamor social por la Paz, Cumbre Nacional Agraria, Congreso de los Pueblos, Otra Democracia Si, Unión Patriótica, Poder ciudadano, Movimiento Ecuménico, Vamos por los Derechos, Comité Permanente de Defensa de los Derechos Humanos (CPDH), quienes asumieron la tarea de interpretar y presentar los documentos en relación con la coyuntura política Nacional, los alcances y limitaciones en la construcción del proyecto unitario y las propuestas para el fortalecimiento de la unidad. En igual camino asumieron el análisis y la reflexión del proceso de la implementación de los Acuerdos de La Habana, suscritos entre el Gobierno Nacional y las Farc-Ep., así como las propuestas en relación con el punto de participación de la Agenda con el ELN, en las conversaciones de la Mesa de Quito.
Para hacer más eficaz el tiempo se trabajó en Comisiones, dedicándose la numero uno en la presentación de ponencias de los siguientes Procesos Regionales Unitarios, a saber: Minga Nariñense, Frente Amplio del Huila, Frente Unido del Atlántico, Frente Amplio por la Paz de Arauca, Procesos Agrarios del Catatumbo (Ascamcat-Sisca), Proceso Unitario del Cauca, Proceso Unitario de Antioquia, Proceso Unitario del Valle del Cauca, Mesa de Organizaciones Sociales del Tolima, Cabildo de Boyacá, Proceso Unitario del Quindío y Eje Cafetero, Proceso Unitario del Sur (Caquetá y Putumayo), Proceso Unitario del Meta, Unidos Revocamos a Peñalosa (Bogotá), Proceso Unitario de la Región Caribe y Proceso Unitario del Choco.
La Comisión dos estuvo concentrada en el análisis y la discusión de ponencias de los siguientes sectores sociales, a saber: Central Unitaria de Trabajadores (CUT), Mesa Minero Energética por la Paz, Organización Nacional Indígena de Colombia (ONIC), Unidad Nacional Agropecuaria, Mesa Social por la Paz, Mesa Nacional por el Derecho a la Salud, Frente Amplio por la Educación, Movimiento LGBTI, Movimiento de Mujeres, Procesos Afrodescendientes, Mesa de Articulación Juvenil, Movimiento Ambientalista, Movimiento de trabajadores del Arte y la Cultura, Movimiento Animalista, Movimiento Nacional de Victimas de Crímenes de Estado (MOVICE) y Comité Permanente por la Defensa de los Derechos Humanos (CPDH).
Después de un largo análisis donde se abordaron y se ampliaron puntos referidos a las particularidades de cada uno de los movimientos regionales y su entronque con las dinámicas nacionales y de la coyuntura, se abrieron unos espacios para las intervenciones de delegados de las Farc- Ep y de la mesa de diálogo con el ELN de Quito, Ecuador.
En representación de las FARC lo hizo el conocido dirigente Andrés Paris y del ELN, Mesa de Quito, intervinieron los integrantes de la Mesa de dialogo Juan Carlos Cuellar y Eduardo Martínez.
Escuché en común de las distintas comisiones y plenarias varias premisas que considero interesante resaltar:
- Ratifican la búsqueda de unidad del movimiento revolucionario y la esperanza que Colombia supere la violencia y donde podamos trabajar por una Pedagogía para la Paz y los conflictos que nos permita entender como sociedad, la compleja situación nacional que hemos vivido y así, trabajar por la construcción de una democracia directa, sin intermediarios y donde todo el poder radique en las comunidades.
- La necesidad de que la voz de todos valga por igual y que aprendamos a respetarnos y reconocernos como un país diverso y múltiple, formado por regiones disimiles y pueblos ancestrales, que habitan sus tierras desde la noche inmemorial del nacimiento de los tiempos.
- Reconocer como punto central la participación de toda la sociedad en la construcción de la Paz. Este proceso es vital, como la vida misma.
- Desde el espacio de la sociedad, los sectores políticos deben conquistar su participación amplia y decisoria, cuyo fruto de luchas y movilizaciones sea la construcción del movimiento unitario, recogiendo el sentir de los pueblos, de abajo hacia arriba y en forma amplia y permanente.
- Es urgente rebajar la intensidad del conflicto armado en el caso del ELN, profundizando el punto 5F de la Agenda acerca de las “dinámicas humanitarias”, discutido en la mesa de dialogo con el ELN, en Quito, Ecuador.
Por eso al escuchar tan serenas e hilvanadas reflexiones de esta parte vital de la sociedad, de la que Camilo llamó “la clase popular”, a dejar atrás la violencia y las armas y construir un nuevo modelo de democracia, con la consigna de: “Otra democracia, más profunda y verdadera, es posible” pensé que este Seminario, se constituye en una verdadera esperanza.